Una diseñadora gráfica de los Países Bajos tuvo una brillante idea, crear un cubrebocas amigable con el medio ambiente, ya que es 100% biodegradable, pero no sólo eso, sino que de él emerge vida para cuidar a las abejas, los insectos más importantes del mundo.
Estos pequeños insectos voladores cargan en sus patas una gran responsabilidad; polinizar las flores. Gracias a que van de flor en flor consumiendo su néctar, la cadena alimenticia se mantiene funcionando como un engranaje perfecto, pero pronto podría verse afectada, dado que están en peligro de extinción.
Marianne de Groot-Pons se preguntó por horas cómo podría devolver a la naturaleza los recursos que de ella obtiene para hacer su arte en el diseño gráfico. Hasta que, como epifanía, le cayó una idea para devolverle a la naturaleza un poco de lo mucho que nos da.
“Todos estos años que he estado trabajando como diseñadora gráfica, he usado tantos recursos de la naturaleza para poder hacer mis dibujos (especialmente papel). Así que necesitaba reintegrar de alguna forma todo lo que ella me ha ofrecido”, señala Marianne.
Una opción sostenible para cuidar de la salud y la naturaleza
En medio de la cotidianidad del presente y de la pandemia, esta diseñadora gráfica tuvo una idea brillante para ayudar a las abejas. Marianne notó una enorme cantidad de cubrebocas desechables tirados por todas partes, así que se le ocurrió una idea para ayudar a reducir este problema. De pronto concibió en su mente un cubrebocas biodegradable, pero del que, además, emerja vida para cuidar a las abejas. El resultado es un cubrebocas biodegradable con semillas de flores.
Así las abejas permanecen felices, y Marianne retribuye un poco los recursos que ha obtenido de la naturaleza y genera conciencias verdes alrededor del mundo. Las máscaras están hechas con papel de arroz y contienen semillas de flores incrustadas, que incluso son perceptibles a simple vista.
Son totalmente biodegradables, así que cuando las arrojes a la tierra desaparecerán y darán paso al florecimiento de distintas flores que las abejas gustan visitar por su néctar. Para obtener mejores resultados, los cubrebocas biodegradables deben enterrarse en la tierra, ya sea directamente o en una maceta y verás surgir las flores.