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Publicado en ECO

Holanda cría coral ‘in vitro’ para acuarios de toda Europa

Lunes, 11 Noviembre 2019 09:34 Escrito por 

A estos corales los cría el zoo Burgers, de la ciudad de Arnhem, que cuenta con un arrecife sano y estable en un tanque de 750.000 litros de agua marina. Puede parecer una planta, incluso una roca, pero el coral es un animal que forma la base de un ecosistema con las microalgas que lo cubren y son esenciales para su supervivencia. El cambio de clima y el calentamiento del agua amenazan su futuro y lo blanquean, porque escupen, literalmente, las talofitas que les dan color.

El zoo holandés Burgers ha conseguido criar un arrecife propio en un tanque de 750.000 litros de agua de mar, que es el mayor de Europa. Situado en Arnhem, al este del país, su buena salud le permite surtir con regularidad a otros acuarios para su conservación. Este martes, salió un cargamento de un centenar de colonias camino de Alemania y Croacia, y en breve partirá otro hacia Dinamarca. Es una donación, no una venta, porque los 400 zoos miembros de EAZA, la Asociación Europea de Zoos y Acuarios se ayudan entre ellos. “Y si a cambio de un elefante recibimos una cucaracha tropical, nos parece un buen trato”, asegura Max Janse, conservador de los corales de Arnhem.

Al acuario de Burgers le ha costado 20 años de trabajos e investigación contar con un arrecife estable, superado hoy solo por otros similares en Australia y San Francisco (Estados Unidos). Los corales necesitan mucha luz y movimiento constante del agua, y criarlos en esta especie de invernadero acuático afronta dos retos.

“En el plano químico, hay que comprobar la composición del agua con regularidad para que no haya elementos tóxicos. El biológico es más complicado, porque el coral forma un ecosistema y vive con pocos nutrientes, y si las algas proliferan, por ejemplo, moriría. Luego hay que asegurarse de la supervivencia de los peces que lo habitan, parte inseparable del ecosistema mismo. Nuestro arrecife es un ejemplo de cómo conservarlo y ayudar a otros a criar los suyos. Devolver el coral a la naturaleza, que parece el objetivo final adecuado, es más difícil: no sabes qué patógenos, tal vez dañinos, puedes introducir. Es como la flora intestinal, tenemos miles de bacterias en equilibrio, pero puede también producirse una descomposición”, dice Janse. El biólogo reconoce divertido la eterna confusión sobre la naturaleza del coral. “Al menos un 50% de la gente que nos visita sigue creyendo que es una planta”.

En enero de 2019, el zoo holandés hizo otra donación de 300 corales, anémonas y peces de su arrecife al acuario de Londres (Sea Life London), que estaba construyendo un tanque especial propio. El zoo de la ciudad británica de Chester también recibió un cargamento.

“En 2013 enviamos asimismo muestras al Oceanogràfic de Valencia, porque la superpoblación de corales no es recomendable. Se pelean o envenenan entre ellos, y nosotros tenemos la suerte de poder surtir a nuestros colegas”. Y como el zoo Burgers no se limita a ser un vivero, su arrecife coralino intenta recrear visualmente para el visitante los de Indonesia y Filipinas, en la región del Indo-Pacífico, que incluye las aguas tropicales de los océanos Índico y Pacífico.