Los antequinos son un género de marsupiales dasiuromorfos de la familia Dasyuridae. El macho de tipo mousel, conocido como Antequino de cola negra (Antechinus arktos), practican la reproducción suicida, que es exactamente lo que suena: aparearse hasta caer muertos. Se conocen 13 especies de este marsupial, propias de Australia y Tasmania.
LA LÍBIDO TRAICIONA AL MARSUPIAL
Un equipo de científicos australianos descubrieron que el antequino muere tras copular de manera frenética, según publican en la revista Zootaxa. Dentro de esta especie los machos enfrentan un destino fatal después de aparearse: literalmente, mueren por exceso de sexo antes de cumplir un año de vida.
Se involucran en una conducta sexual frenética, y apenas se detienen a dormir o comer. Los científicos inicialmente pensaron que los machos se suicidaban como un acto de altruismo, dejando más alimentos y recursos para las hembras embarazadas y sus descendientes.
Sin embargo, el nuevo estudio reflejó que sus muertes sirven para superar la competencia masculina y distribuir el ADN a la mayor cantidad posible de mujeres. Las sesiones de apareamiento duran entre 12 y 14 horas.
¿POR QUÉ MUEREN LOS ANTEQUINOS?
Están tan atrapados en el apareamiento que los niveles de hormonas del estrés en la sangre aumentan a niveles peligrosos. Después de semanas de no cuidarse a sí mismos a favor de la procreación, el sistema inmunológico de los machos antequinos se colapsa, lo que los pone en riesgo de invasión parasitaria, infecciones e incluso gangrena.
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