El calamar vampiro, de apenas 30 centímetros de largo, es totalmente inofensivo para los humanos a pesar del nombre que tiene. Es de color rojo con unos grandes ojos y tiene una membrana, como una red, que se extiende entre sus ocho brazos. Cuando se siente amenazado se vuelve del revés dándole un aspecto terrorífico ya que por dentro tiene una serie de ventosas que se han desarrollado en forma de púas.
Los calamares vampiros se alimenta, cuando tiene la oportunidad, de pequeños peces e invertebrados que pasen cerca de él.
Una característica destacable de este calamar es que es bioluminiscente, es decir, que es capaz de generar su propia luz. Para ello su cuerpo está recubierto de unos pequeños órganos capaces de emitir luz llamados fotóforos.
Hay que destacar que el calamar vampiro tiene un gran control sobre estos órganos ya que es capaz de controlar la intensidad de la luz y de emitir conscientemente flashes de luz para desorientar a los depredadores.