El turismo costero y marino, que actualmente concentra alrededor del 50% del gasto turístico mundial, es uno de los sectores más expuestos a los efectos devastadores del calentamiento global, y para salvarse necesitará una inversión anual de 65 mil millones de dólares (mdd) hasta el año 2030.
A esta conclusión llegó un nuevo informe elaborado por el Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC, por sus siglas en inglés), el cual señaló que dicha cifra deberá invertirse en medidas de mitigación y adaptación, considerando que el turismo costero es responsable del 3% de las emisiones globales, aunado a los principales riesgos climáticos que amenazan a los destinos turísticos costeros y marinos, entre ellos la subida del nivel del mar; el aumento de la frecuencia y gravedad de los fenómenos meteorológicos extremos; y la pérdida de atracciones clave, como los arrecifes de coral.
De igual manera, reveló que en 2023 el sector generó un impacto económico combinado (directo e indirecto) de 3.3 billones de dólares y más de 100 millones de empleos. Sin embargo, estos números podrían ponerse en riesgo si no se toman las mejores acciones para protegerlo del cambio climático.
“Los 65 mil mdd anuales servirían para descarbonizar el sector, electrificando las flotas; utilizando combustibles sostenibles en aviación y transporte marítimo; contratar proveedores de bienes y servicios más sostenibles; y restaurar ecosistemas”, explican los autores.