Uno de los deportes en los que México ha destacado en los diferentes eventos internacionales es la marcha atlética. En esta disciplina, son seis los atletas mexiquenses quienes, gracias a su esfuerzo, han alcanzado la gloria olímpica, y convertido en un gran orgullo para el país y la entidad.
El primero de los marchistas del Edoméx en obtener una presea olímpica fue en Ernesto Canto Gudiño, quien en los Juegos Olímpicos Los Ángeles 1984, se adjudicó la medalla de oro en la distancia de los 20 kilómetros, poniendo de manifiesto su hegemonía en esta prueba durante todo el ciclo, coronándose en cada uno de los eventos oficiales: Juegos Centroamericanos y Del Caribe, Juegos Panamericanos y el Campeonato Mundial de Atletismo.
Posteriormente, durante los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992, Carlos Alejandro Mercenario Carbajal fue el único deportista mexicano que logró subirse al pódium, gracias a la presea de plata en la distancia de 50 kilómetros.
Cuatro años después se repitió la historia, un mexiquense fue el único atleta nacional que logró la hazaña; esta vez en Atlanta 1996, donde Bernardo Segura Rivera logró adjudicarse la medalla de bronce en los 20 kilómetros de la caminata, confirmando su gran nivel, del que ya había dado fe dos años antes, cuando impuso récord mundial en los 20 mil metros pista y continúa vigente.
Para el año 2000, los andarines mexiquenses dieron otra muestra de su calidad en los Juegos Olímpicos de Sídney, donde alcanzaron el pódium en dos ocasiones, la primera fue para Noé Hernández Valentín, quien obtuvo la medalla de plata en los 20 kilómetros. Por su parte, en la prueba de los 50 kilómetros, Joel Sánchez Guerrero puso fin a una carrera deportiva de casi dos décadas obteniendo el tercer lugar y demostrando que la constancia y la disciplina te llevan a alcanzar cualquier meta.
Finalmente, en la pasada justa olímpica en Río de Janeiro 2016, María Guadalupe González Romero se convirtió en la primera mujer mexicana en lograr una presea olímpica, ganando la plata en los 20 kilómetros.