El campeón no tuvo piedad y arrasó al Barcelona en la final de la Champions League femenina, derrotándole por un inapelable 4-1 que se sentenció en una primera media hora de partido eléctrica, cuando en seis remates a puerta marcó cuatro goles y convirtió el sueño azulgrana en una pesadilla.
Disfrutó el Barça de una primera ocasión en el tercer minuto de partido que dio a pensar que tendría opciones de pelear el título… Un pensamiento que duró un abrir y cerrar de ojos. A los cinco minutos Marozsan marcó el 1-0 para el Olympique de Lyon y tras una segunda ocasión, a los 14 Ada Hegerberg consiguió el 2-0 que comenzaba a sentenciar el duelo.
La noruega, considerada la mejor futbolista del mundo y que renunció a jugar el Mundial femenino por la diferencia de trato entre hombres y mujeres en el fútbol profesional, redondeó su particular exhibición con dos goles más, en los minutos 19 y 30, que dejaron el encuentro totalmente sentenciado.
Dio la sensación, incluso, que el OL rebajó la intensidad en la segunda mitad, cuando el Barcelona no pasó por tantos problemas como en la primera y llegó a tener hasta cuatro ocasiones para al menos rebajar la goleada sufrida. Pudieron hacerlo Alexia, Marteens, Losada y Oshoala, hasta que esta última, en la recta final, consiguió el 4-1 para suavizar el marcador, cuando el equipo francés se dedicaba a dejar pasar el tiempo sin más problemas, consciente de tener su cuarto título consecutivo en el bolsillo desde hacía muchos minutos.
Después de alcanzar la primera final de su historia, completando una excelente temporada, las chicas de Lluís Cortés no tuvieron ninguna opción para soñar con dar la sorpresa ante un Olympique de Lyon que había ganado las tres últimas finales consecutivamente y sumaba cinco de los últimos ocho títulos del torneo.
Si hace dos semanas el Barcelona soñaba con la posibilidad de convertirse en el primer club que conquistase la Champions tanto en categoría masculina como femenina en una misma temporada, la goleada sufrida en Budapest por el equipo femenil vino a consumar la decepción que aún se mantiene alrededor del Camp Nou con el equipo de Valverde.
Aunque las diferencias entre la humillación sufrida por el equipo masculino en Liverpool y el atropello padecido por el femenino en Budapest tuvieron muy poco que ver, atendiendo al favoritismo absoluto del Olympique de Lyon en la final de este sábado.
4-1. El sueño desembocó en pesadilla para el Barcelona femenil en la capital de Hungría, donde el Olympique de Lyon le demostró el mucho camino que, todavía, tiene por recorrer si quiere llegar a ser el número uno de Europa.
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