El enfrentamiento entre Terence Crawford y Canelo Álvarez capturó la atención del mundo entero. En Las Vegas, por el título indiscutido de los supermedianos, ambos boxeadores ofrecieron una demostración de técnica, potencia y estrategia, dejando una pelea para la historia.
El primer asalto fue un estudio mutuo. Canelo, más grande en tamaño, buscaba imponer su ritmo, mientras Crawford utilizó su estilo ágil, esquivando golpes y conectando contragolpes que marcaron la pauta inicial del combate.
En el cuarto round, Crawford aumentó su actividad, lanzando combinaciones efectivas, mientras que Canelo respondió con un potente derechazo. La pelea mostró un equilibrio entre la fuerza del mexicano y la velocidad del norteamericano, manteniendo al público al borde del asiento.
El noveno y décimo round marcaron el momento decisivo. Crawford conectó uppercuts y combinaciones precisas, aprovechando el cansancio de Canelo, que veía cómo sus ataques eran cada vez menos efectivos. La estrategia del norteamericano fue impecable.
Con la decisión unánime, Terence Crawford se proclamó vencedor, mientras Canelo quedó golpeado pero con honor. La contienda fue un espectáculo de alto nivel que demuestra la grandeza de ambos peleadores y deja un legado imborrable en el boxeo.