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Publicado en CURIOSIDADES

Stokksnes, un paseo por la mejor playa salvaje de la Tierra

Jueves, 25 Abril 2019 21:55 Escrito por 
Stokksnes, un paseo por la mejor playa salvaje de la Tierra Stokksnes, un paseo por la mejor playa salvaje de la Tierra© iStock

En uno de los países más fotogénicos del mundo se encuentra la mejor playa salvaje de la Tierra. Situada a los pies de Vestrahorn, una montaña compuesta de oscura roca ígnea y afilados picos, la playa de Stokksnes es uno de los lugares más fotografiados de Islandia.

La espuma blanca del Atlántico serpenteando por la arena negra provoca un bellísimo contraste que, además, sirve de marco perfecto para el sinuoso reflejo de la montaña en el agua. Es imposible despegar el dedo del disparador de la cámara; cada ángulo es mejor que el anterior.

Y es que la playa de Stokksnes es todo lo contrario a una playa típica. Aquí no encontraremos esa característica sensación de alegría y vitalidad que embargan al pisar la caliente arena de una playa mediterránea o caribeña. En Stokksnes hay finas dunas pero su negrura resulta hipnótica y el blanco del oleaje parece pintado con brocha.

Pasear por la orilla provoca el mismo efecto de sobrecogimiento que avanzar entre los pasillos de una catedral, donde el majestuoso Vestrahorn hiciera las veces de altar mayor.

A pesar de lo agreste de la zona, la carretera de acceso a Stokksnes es de propiedad privada por lo que para llegar a ella tendremos que pagar una entrada (800 coronas, unos 6 euros por persona) en el Viking Café y, ya de paso, aprovechar para tomar un buen café y un trozo de tarta con unas excepcionales vistas.

Al pagar la entrada nos recomiendan acceder en primer lugar a un set de rodaje que nunca llegó a utilizarse y que imita una aldea de vikingos, después acercarse al faro y recorrer los acantilados para, al final, entretenernos todo lo que queramos en la playa de Stokksnes.

Stokksnes, un paseo por la mejor playa salvaje de la Tierra© Photo by Raphael Rychetsky on Unsplash

La simulada aldea vikinga no merece más que un paseo mientras que los acantilados cercanos a la playa permiten contemplar cómo la naturaleza exige su mando en un país como Islandia. Las olas se entregan con potencia a las rocas mientras el viento sopla sin obstáculo alguno.

En esta zona, ya sea en los huecos y las pequeñas ensenadas o en mar abierto, es sencillo encontrarse con focas que observan curiosas al viajero que se atreve a acercarse a los acantilados.

No son pocos los barcos que han naufragado junto a estas aguas. Uno de los últimos, en 1984, se saldó sin víctimas mortales pero hizo que la embarcación quedase varada en la playa y en la zona aún se recuerda cuando, a finales del siglo XIX, varias embarcaciones francesas naufragaron y los habitantes rescataron y acogieron durante varios meses de invierno a más de 30 hombres.

El gobierno francés recompensó los favores con numeroso material y honrando uno de los pragmáticos refranes islandeses, muy utilizado en naufragios, que reza 'Eins dauði er annars brauð' y que viene a significar algo así como 'la muerte de un hombre es la ganancia de otro'.

A esa playa a la que llegaban los restos de los naufragios que aprovechaban los lugareños, hoy llegan viajeros que buscan hacer una de las mejores fotos de Islandia. La fotogenia se esconde entre las dunas de arena negra que recrean curiosas formas gracias a la fuerza del viento mientras modela montículos que dan un toque vegetal entre tanta negrura.

Además, si entre las formas góticas de la montaña queda nieve podemos tener la sensación de habernos inmiscuido en una instantánea en blanco y negro, llena de elegancia, quietud y una extraña fascinación. Sin olvidar el efecto de la laguna cercana que ofrece la posibilidad de multiplicar Vestrahorn gracias al juego de reflejos que se dibujan fácilmente en el agua.

LA foto

Aunque hay una foto más codiciada aún. Si existe un marco excepcional para retratar las auroras boreales en Islandia ese es, con permiso de Kirkjufell, la playa de Stokksnes.

El perfil de Vestrahorn enmarcado por las danzantes luces es uno de los mejores recuerdos a los que aspiran fotógrafos y profanos.

No en vano, en 2017 el fotógrafo Wojciech Kruczynski se llevó el premio Caroline Mitchum de los EPSON International Pano Awards con una instantánea casi perfecta -llamada Eye of Stokksnes- de una aurora boreal rodeando Vestrahorn y reflejándose en el agua.

Y es que es muy posible que la mejor playa virgen del mundo sea uno de los mejores escenarios para hacer la fotografía perfecta.

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