El queso, además de ser uno de nuestros alimentos favoritos por su gran variedad en sabor, es un lacteo nutritivo que tiene una peculiaridad muy interesante.
¿Te has fijado que, ya sea en las caricaturas o películas, muchas veces los quesos tienen hoyitos?
Esto ocurre en el proceso de maduración del queso, en donde los agujeros que vemos son los huecos que van dejando las burbujas de dióxido de carbono.
En el transcurso de la fermentación láctica (que ocurre en la leche) se libera el gas, por las microscópicas bacterias propiónicas; estas bacterias son las culpables de que amemos tanto al queso.
También existen varios estudios suizos que han demostrado que pequeñas cantidades de heno, las cuales caen en la leche, producen estos pequeños y perfectos agujeros.
Estas micro partículas sólo afectan a quesos como Appenzel y Emmental.