Los gigantescos cristales de Naica son los más grandes del mundo y resultan uno de los hallazgos más sorprendentes en la historia de la espeleología.
La cueva fue descubierta en 1910, durante los trabajos de explotación, y su belleza deslumbró a los mineros de Naica, quienes decidieron conservarla. La fama de sus cristales pronto se extendió, y desde entonces fue constantemente visitada, principalmente por personas pertenecientes al medio de las ciencias de la tierra.
La longitud de la cueva es de entre 70 a 80 metros; en esa corta distancia existe tal cantidad de maravillas que, al verlas, uno queda pasmado; y es que toda la cueva (techo, paredes y piso) está cubierta por gigantescos cristales de selenita.
La selenita es una de las más hermosas y cristalinas variedades del yeso. Algunos de estos cristales tienen un parecido con cierto tipo de espadas, de ahí su nombre: la Cueva de las Espadas, que nunca contó con un acceso natural, gracias a ello los cristales tuvieron oportunidad de crecer a tamaños muy por encima de lo usual, a lo largo de un proceso silencioso y subterráneo de varios miles de años. La selenita, al igual que el resto de los minerales formados a base de yeso, está compuesta de sulfato de calcio hidratado.
El origen de los megacristales de Naica se debe a varias condiciones, que raramente se dan en conjunto. Se trata de un fenómeno fantástico que sólo la naturaleza pudo haber creado. Aquí, el proceso que pudo haber favorecido su formación:
La cavidad nunca tuvo acceso natural, era como una burbuja en mitad del cerro. Gracias a la temperatura originada por el magma, entre las grietas y fracturas del interior del cerro corrieron líquidos y gases que traían disueltas en exceso sales de sulfuros. Al penetrar en la cavidad, se originó un pequeño cambio en la presión del ambiente, lo que hizo que los excedentes de sal se fueran depositando en forma cristalina, y a lo largo de miles de años crearan los enormes cristales que ahora apreciamos, cubriendo la cavidad de ellos casi en su totalidad.
Desafortunadamente, hasta ahora Naica permanece cerrada al público