Cuando se piensa en la extensión de la longevidad, la imaginación vuela a creer que los seres humanos van a estar conservados en cámaras de frío por mucho tiempo. Sin embargo, un estudio que fue publicado ayer en la revista Nature Communications, señala que el aumento de la longevidad hasta los 150 años o más sería posible.
El estudio combina datos de análisis de sangre e información sobre el ejercicio físico para identificar una nueva medida de “edad biológica”. Los resultados sugieren que hay un aspecto de la longevidad humana que puede ser crucial si se quiere alcanzar el máximo potencial, y no tiene que ver con la enfermedad o con la elección de un estilo de vida.
El estudio identifica patrones de envejecimiento y morbilidad para extraer la máxima “edad biológica” posible de los humanos. Reunieron los datos de los análisis de las muestras de sangre de 544.398 participantes y los combinaron con los datos provistos por otro subconjunto más pequeño de personas.
Luego, los investigadores utilizaron los datos para predecir la aparición de diversas enfermedades y para determinar patrones sobre cómo la “edad biológica” de las personas parecía cambiar con el tiempo. La “edad biológica” es esencialmente la edad de las células de su cuerpo, en lugar de su edad cronológica. Para aumentar la esperanza de vida, es necesario disminuir la edad biológica en comparación con la edad cronológica.
¿Cuáles son las opciones de estilo de vida que pueden marcar la diferencia? Si se empieza a fumar tabaco, se inicia un nuevo régimen de ejercicio o incluso si se muda a una zona más rural, la edad biológica puede disminuir y aumentar con el tiempo. No se mantiene constante. En el nuevo estudio, los investigadores descubrieron que un factor parecía impulsar las fluctuaciones individuales de la edad biológica. Es un valor que los investigadores denominan “indicador cuantitativo dinámico del estado del organismo”.
Explicaron que, a medida que se envejece, el ritmo de recuperación del estrés (ya sea una enfermedad, la falta de sueño o incluso un duro entrenamiento) se ralentiza. Es decir, cada vez se tarda más en recuperar el nivel básico de resiliencia. Así, la resiliencia de los individuos al estrés es la clave para determinar su longevidad.
Los investigadores calculan que los seres humanos podrían envejecer hasta incluso más de la vida máxima que determinaron sin abordar la resiliencia, entre los 120 y los 150 años.
Más allá de ese rango, la capacidad de recuperación se deteriora al punto de no retorno. Incluso, los individuos más sanos que viven más tiempo y resisten la aparición de enfermedades crónicas no pueden esperar vivir más allá de esta edad porque su resiliencia se habría agotado por completo.