Puebla es un estado de belleza ambiental maravillosa, y una de sus expresiones más sorprendentes es la Laguna de Atexcac. En realidad se trata de un maar, un cráter volcánico producido a partir de la explosión de agua subterránea que entra en contacto con lava caliente, y resultando en escenarios naturales dignos de conocer. Sin duda, visitarlo será una experiencia inolvidable y de conexión con los ecosistemas orgánicos de México.
Su nombre significa ‘en las aguas escarpadas’, y lo recibe también por localizarse en el poblado de San Luis Atexcac – perteneciente al municipio de Guadalupe Victoria -. Lo mejor es visitarla directamente desde Puebla de Zaragoza, y así disfrutar también de los atractivos culturales de la ciudad; puedes optar por encaminarte a la laguna al comenzar el día y directamente desde la CDMX – un viaje de aproximadamente tres horas y media -, o llegar primero a Puebla para después hacer una excursión guiada hasta el lugar.
Lo que caracteriza a la Laguna de Atexcac son sus preciosas tonalidades turquesas, parte de un conjunto de cinco cuerpos lacustres establecidos en los Llanos de San Juan; éstas aguas cambian de color durante el día y de acuerdo a las condiciones climáticas, ofreciendo un hermoso escenario natural de tintes verdes y azulados. Te admirarás con su carácter místico y legendario, ya que los mitos populares cuentan que en sus profundidades habita una sirena misteriosa, quien con la luz de la luna cautiva hombres para atraparlos por siempre.
A pesar que las aguas de la Laguna de Atexcac ofrecen un atractivo que invita a nadar en ellas, ésto no está permitido debido a que cuentan con un alto índice de salinidad y azufre, al igual que temperaturas sumamente bajas e inclinaciones pronunciadas. Sin embargo, se puede practicar senderismo en sus alrededores para apreciar su belleza desde distintos puntos naturales, así como realizar picnics en sus inmediaciones – asegurándose de no dejar residuos en el lugar -.
*Con información de foodandpleasure