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Publicado en CURIOSIDADES

La leyenda del venado azul y el peyote

Martes, 08 Septiembre 2020 22:17 Escrito por 

A lo largo de la historia, diversas culturas han hecho uso de las plantas sagradas para acceder al Eje del mundo, el punto de conexión del mundo espiritual con el terrestre. Este es el caso del peyote hikuri, un tipo de cactácea consumida con fines rituales por la etnia huichola de la zona norte de México. Entre los huicholes, el peyote es visto como un maestro espiritual y es personificado en la figura del venado azul.

La sustancia activa del peyote es la mescalina, un alcaloide con fuertes propiedades alucinógenas. Debido a esto, la posesión y transporte de peyote es ilegal para quienes no pertenecen a la etnia wixárika.

Una antigua tradición oral transmitida por los ancianos wixárikas cuenta que, hace mucho tiempo, terribles enfermedades, sequías y hambrunas azotaron la tierra. Entonces, los venerables abuelos decidieron enviar a cuatro jóvenes de cacería; su tarea era llevar algún alimento para compartir con la comunidad. Los jóvenes representaban los cuatro elementos: tierra, aire, agua y fuego.

Al despuntar el alba, los jóvenes partieron ataviados con sus arcos y flechas. Los días comenzaron a pasar y no encontraban sustento alguno, hasta que una tarde, un venado robusto y bello saltó desde las flores. Para entonces, los jóvenes ya se encontraban agotados, pero el amor por su comunidad los hizo emprender la cacería. Tras una larga persecución, el venado sintió misericordia por los jóvenes y les permitió descansar. Al día siguiente, el venado se apareció de nuevo ante los jóvenes y estos reanudaron la caza. Sin saberlo, el venado los guiaba al Wirikuta (desierto sagrado para los wixárikas en San Luis Potosí).

Cuando los jóvenes y el venado se encontraron cerca del Cerro de las narices, el venado se arrojó hacia el lugar donde habita el espíritu de la tierra. Los jóvenes corrieron hacia donde el venado se había dirigido, pero no encontraron rastros de él. Poco después, uno de los jóvenes disparó una flecha en contra de lo que le pareció que era su presa, pero al acercarse descubrieron un venado formado por peyotes que brillaban como esmeraldas bajo el sol.

Los jóvenes se asombraron por aquella experiencia; confundidos, cortaron los peyotes y se dirigieron a la montaña Wixárika. Una vez de vuelta a su lugar de origen, relataron su historia a los venerables abuelos y les entregaron las plantas. Los ancianos repartieron los cactus entre la población para que saciara su hambre física y su sed espiritual.

Alimento espiritual

Desde entonces, los wixárikas adoran el hikuri, que bajo la forma del peyote, es su maíz, y como venado, es el guía que los conduce hasta el Gran Espíritu.

Cada año, los huicholes emprenden el peregrinaje para “cazar” al venado azul, al cual le hacen ofrendas como agradecimiento por permitirles el acceso al mundo de lo invisible, desde donde logran curar las heridas de sus almas.

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