Un meteorito cristalizado hallado en el desierto del Sahara está ayudando a los astrónomos a comprender cómo era el sistema solar primitivo. También permitirá ajustar los métodos de cálculo de edades para los cuerpos espaciales más antiguos. La roca, conocida como Erg Chech 002, fue el objeto de un nuevo análisis de isótopos. Los resultados, los más precisos hasta ahora, hablan de su violento, desigual y caliente pasado.
Erg Chech 002 es una roca más vieja que la propia Tierra. De acuerdo con la datación publicada en Nature Communication, la roca tiene 4,565 millones de años. No solo es el meteorito más antiguo conocido por el ser humano, también se formó durante los primeros millones de años del sistema solar. Su composición ha permitido dar un vistazo a las condiciones del universo durante esa época.
Los científicos encontraron que el meteorito contenía isótopos estables de magnesio (M-26). Estos, a su vez, son producto de la desintegración de otro isótopo muy especial; el aluminio-26 (Al-26). La variación del aluminio se forma en el espacio durante reacciones nucleares de estrellas masivas y explosiones de supernovas. De acuerdo con la teoría general acordada, las partículas de Al-26 salen disparadas de estos eventos e impregnan todos los objetos que encuentran, incluidos los asteroides.
Hemos estado equivocados con el isótopo Al-26
El Al-26 se considera una de las principales fuentes de calor que existieron en el sistema solar primitivo. El constante bombardeo del aluminio-26 pudo haber influido en las pequeñas rocas que flotaban en una nebulosa amorfa para luego transformarse en los planetas que conforman el vecindario solar. Es infrecuente encontrar señales directas de Al-26 en cualquier roca del sistema solar, pues su media de vida es de solo 717 mil años. Su huella “fósil”, por decirlo de alguna manera, son los isótopos de magnesio-26.
El análisis del cosmoquímico Evgenii Krestianinov, de la Universidad Nacional de Australia, revela que la distribución de Al-26 ocurrió de forma desigual durante la niñez del Sistema Solar. No todos los asteroides de edad similar a Erg Chech 002 tienen la misma cantidad de isótopos de aluminio-26 dentro de ellos. Por tanto, para los investigadores, la lectura de Al-26 no debería ser tomada en cuenta para determinar si una roca formó parte o no del Sistema Solar temprano. En cambio, se deberían retomar otros sistemas de lectura generales como el análisis de los isótopos de uranio-235 y uranio-238.
Erg Chech 002 está compuesto principalmente de roca volcánica. Sus descubridores piensan que el meteorito es parte de la corteza de un planeta que surgió durante los primeros años del sistema solar. Como es el único meteorito con esas características, la comunidad científica piensa que proviene de astro que ya no existe o que pasó a formar parte de un objeto más grande.
Los cosmólogos tienen una idea general sobre cómo inician los sistemas solares. Estos parten de una nube molecular compuesta de gas y polvo estelar. La materia se acumula hasta que colapsa, producto de su propia influencia gravitatoria y crean regiones de distinta densidad. La mayoría de la materia se reúne en el centro y el resto se dispersa en un disco plano que gira. La enorme cantidad de materia del centro produce reacciones nucleares y da paso a una estrella. A su vez, los cúmulos que algún día serán planetas van creciendo, amasando rocas, gas y polvo cósmico. El proceso toma millones de años, pero finalmente se estabiliza.
Fuente: es.wired.com