La historia es por demás conocida. Después de todo, no son pocos los conteos de popularidad que ubican a Spidey delante o apenas detrás de Superman y Batman, quienes aparecieron unos 30 años antes. Marvel tenía héroes como la Antorcha Humana y el patriótico Capitán América, y aunque las historietas gustaban entre el público juvenil, Stan Lee y Steve Ditko atinaron al crear a un personaje que, en vez de servir a Estados Unidos como un supersoldado, era un estudiante de ciencias dotado de superpoderes por la mordedura de una araña radiactiva. Así, la primera aparición de Spider-Man ocurrió el 10 de agosto de 1962 en Amazing Fantasy, un cómic estadounidense que se publicó entre 1961 y 1962, y cuyo último número, la edición #15, se convirtió en la legendaria primera muestra de este personaje.
Un Hombre Araña hecho en México
Desde su primera aparición en 1962 hasta el debut del carismático Miles Morales, Spider-Man ha tenido decenas de escritores e ilustradores, la mayoría de ellos estadounidenses. Sin embargo, en los inicios de el Hombre Araña, Marvel licenció a la editorial mexicana La Prensa al personaje. Fue así que, a inicios de 1972, se publicaron historietas de este superhéroe dibujadas por el ilustrador José Luis Durán, considerado una leyenda del cómic mexicano, y escritas por Raúl Martínez González.
De los números creados por el dúo mexicano surgieron personajes que solo trascendieron por lo anecdótico, con némesis como el Hombre de Hierro (no es Iron Man), el Puercoespín y el Hombre Gigante.
¿Cómo fue que Marvel cedió libertad creativa en uno de sus superhéroes más emblemáticos?
Durán sugiere motivos económicos, y es que mientras que en Estados Unidos las publicaciones de Spidey se realizaban mensualmente, en México eran quincenales. La idiosincrasia mexicana, sumada al éxito que la historieta, hicieron que Marvel optara por permitir a La Prensa publicaciones más frecuentes y con libertad creativa.
Estas historietas, adaptadas como El Sorprendente Hombre Araña fueron, además de una particularidad en la historia del héroe (cronológicamente, los trabajos de Martínez y Durán empatan con los de Stan Lee y Steve Ditko), la puerta de entrada con la que varios países latinoamericanos, entre ellos Argentina, Chile, Uruguay y Perú, conocieron al personaje. Las publicaciones del Spider-Man mexicano también fueron leídas por el mercado hispano en California y Florida.
El Spider-Man mexicano de Martínez y Durán se publicó entre 1972 y 1973. El héroe arácnido continuó con publicaciones en español, aunque bajo el cobijo de otros sellos editoriales.