Que no sabemos todo lo que esconden los océanos, es un hecho. Gracias a los avances de la tecnología, cada vez disfrutamos de nuevos hallazgos, lo que supone una promesa maravillosa que, de a poco, se irá convirtiendo en una realidad; tal y como ha ocurrido recientemente con el descubrimiento de un arrecife de coral independiente en la Gran Barrera de Coral australiana.
Es alto... muy alto... tanto como más de 500 metros de altura, que le permitirían mirar por encima del hombro a rascacielos tan emblemáticos como el Empire State Building y las Torres Petronas; o a otros más cercanos en el tiempo como las Cuatro Torres de Madrid. Su base mide unos 1 600 metros de ancho, y a medida que asciende, el arrecife va ganando en esbeltez hasta conseguir una forma puntiaguda en su parte superior, que se encuentra únicamente a 40 metros por debajo del nivel del mar.
Y ojo, que no sólo impresiona por sus medidas, también porque es el primer descubrimiento de esta clase hecho en más de 120 años, y porque se suma a los otros siete arrecifes de coral independientes localizados desde finales del siglo XIX.
Este hallazgo se enmarca en la misión de un año que está llevando a cabo la nave de investigación Falkor, del australiano Schmidt Ocean Institute. A bordo, un equipo de la Universidad James Cook, liderado por el doctor Robin Beaman, se encarga de mapear el fondo marino de la Gran Barrera de Coral. En ello se encontraban cuando, el pasado 20 de octubre, dieron con este arrecife. Cinco días después, utilizaron un ROV (vehículo operado remotamente) para realizar una inmersión y confirmar el hallazgo. ¿Lo mejor? Que este proceso se retransmitió en vivo y puede apreciarse en el video.