En la antigua ciudad griega de Filipos, investigadores encontraron los restos de una estatua en honor al dios Apolo, relacionado con el arco, la música, la danza y la adivinación.
Específicamente, el equipo de expertos halló la cabeza del que fuera hijo de Zeus y Leto rodeada de una corona de laureles; sin embargo, a ésta le hace falta la nariz y el resto del cuerpo, así como sus atributos característicos del arco y la lira.
Luego de analizar la pieza en cuestión, revelaron que la misma pudo formar parte de una hermosa fuente, la cual adornó una intersección de calles en Filipos. Pero eso no es todo, pues también determinaron que data de hace mil 800 años, entre el siglo II o principios del siglo III d.C.
“Los datos de la excavación nos llevaron a plantear la hipótesis de que se trataba de una fuente. Al parecer, esta preciosa cabeza pertenece a una estatua del dios Apolo, y al igual que el monumento a Heracles, data del siglo II o principios del III”, informó en un comunicado el Ministerio de Cultura de Grecia.
Fundada en el año 356 a.C por Felipe II de Macedonia, la ciudad de Filipos pudo florecer como un punto religioso y cultural, lleno de construcciones importantes hasta recibir el apodo de la “pequeña Roma”. Desafortunadamente, un terremoto y las conquistas otomanas durante el siglo XIV la afectaron de manera importante.