Un lugar de Toluca que ha pasado por muchos cambios y remodelaciones es la Plaza de los Mártires, pero ¿sabes por qué se llama así y cuáles han sido sus transformaciones? Aquí te contamos un poco de su historia.
Antecedentes
En 1811, durante la guerra de Independencia, el ejército insurgente se encontraba bajo el mando de José María Morelos. En septiembre de ese año, un grupo de combatientes se instaló en el Estado de México, mientras Morelos luchaba en Zitácuaro. Uno de ellos, José María Oviedo, impuso un sitio en Toluca con la ayuda de miles de indígenas y pobladores de diversas regiones del estado.
A principios de octubre sucedió un encuentro con el ejército realista en Tenango del Valle. Después de la victoria insurgente, el bando enemigo regresó a Toluca en busca de refugio. Fue entonces cuando Oviedo decidió tomar la ciudad, distribuyendo sus fuerzas en siete sitios: la Plazuela de Alva (hoy Jardín Zaragoza), la Merced, el Camino Real de México, la Tenería (hoy Avenida Lerdo de Tejada), San Juan de Dios o el Calvario, el Beaterio (rumbo al actual edificio de Rectoría de la UAEM) y la Iglesia del Carmen.
Durante las horas siguientes, los toluqueños refugiados en sus casas escucharon sobrecogidos el retumbar de cañones, el estrépito de morteros, las descargas de fusilería y la escandalera de los atacantes; no obstante, una y otra vez, las embestidas insurgentes fueron rechazadas.
La matanza
Tras cinco días de lucha, los realistas consiguieron refuerzos y vencieron a los insurgentes. Algunos sobrevivientes lograron huir hacia el cerro de la Teresona, Santa Cruz, Santiago Tiaxomuico, Santiago Miltepec y Huitzila; no obstante, quienes fueron tomados como prisioneros, fueron llevados a la plaza principal.
Rosendo Porlier, jefe de las tropas realistas, ordenó que fueran fusilados en la calle principal de Toluca (hoy Avenida Independencia) para escarmentar a los levantiscos. Ese mismo día se cumplió la orden. La plaza principal fue escenario de la ejecución en masa de aquellos indios subversivos. Sólo uno fue dejado con vida.
Se cuenta que Porlier le dio un brutal puntapié en las nalgas al último indio, lo arrojó lejos de sí y le dijo: “Anda y ve a contar a tus compañeros lo que acabas de ver”.
Con el tiempo, la plaza central de Toluca pasó a llamarse Plaza de los Mártires, en memoria de los cien indios revolucionarios fusilados por el crimen de luchar por la independencia nacional.
Después de 1870, la Plaza fue convertida en Jardín. Actualmente, sólo se conservan dos fracciones de aquellas áreas verdes.
