Un libro infantil dedicado a Guillermina Bravo, la coreógrafa mexicana más importante del siglo 20, estrena la editorial independiente Nicolasa, especializada en danza, cuerpo, movimiento y escena, que dirige la videoartista y crítica Hayde Lachino.
La protagonista de "Guillermina, la niña que bailaba", con texto de Alejandra Monroy e ilustraciones de Edith Hernández, es una niña rebelde, determinada y brillante, con gran capacidad para resolver sus problemas, dijo la autora sobre la fundadora del Ballet Nacional de México, cuya época, ambiente y batallas relata en esta obra.
Las ilustraciones de Hernández abrevan de la paleta cromática de los pintores mexicanos del periodo nacionalista, para acercar a los lectores a la plástica de ese periodo.
"Es un libro escrito para niñas y niños, bailarines o no, que deben saber que tienen el derecho de que sus sueños y lo que quieran hacer se haga realidad", destacó Monroy en conferencia de prensa virtual.
Ante un panorama de escasas publicaciones dancísticas, Nicolasa recupera a la vez que reivindica las contribuciones de esta disciplina, destacó Lachino.
"La danza en el ámbito cultural tiene, cada vez menos, pero todavía lo tiene, un espacio marginal. No siempre se le reconocen todos los aportes que ha hecho a la cultura de este País, y no solo a la cultura como práctica, sino también a la construcción del México moderno; este libro apuesta a que los lectores conozcan lo que hace la gente de danza, y en otro sentido me parece que los niños y las niñas merecen tener lecturas que les indiquen que hay muchas maneras de ser", expuso Lachino.
"En ese sentido salir con un libro como el de 'Guillermina, la niña que bailaba', hecho por mujeres y hablando sobre una mujer, tiene que ver con que las niñas puedan tener lecturas que les digan que sí se puede. Eso en el contexto actual del País es muy importante: que nuestras hijas tengan derecho a leerse como infancias de otra naturaleza".
Además de libros para niñas y niños, las publicaciones de Nicolasa incluirán textos teóricos y otros experimentales, concebidos como objetos de arte en sí mismos o "coreográficos" que convoquen diversas disciplinas para que "al momento de desplegarlos haya una experiencia y una comprensión del movimiento y de la coreografía a partir de lo que el libro propone", detalló Lachino.