Es común ver a mediados de diciembre que varios pueblos y colonias del país celebren Las Posadas, es decir, aquellas fiestas populares antecedentes de la Navidad que aluden el peregrinaje de María y José previo al nacimiento de Jesús de Nazaret. Cada año millones de mexicanos conmemoran este hecho, se prepara ponche, se hacen “aguinaldos” de dulces para los niños, se adornan las casas mexicanas con motivos navideños, y para concluir, se rompen las piñatas, tradición que ha trascendido más allá de nuestro país.
Sin embargo, es permisible preguntarnos ¿Cómo, cuándo y dónde surgió esta tradición? Para responder esta pregunta es necesario señalar que después de la conquista de México en 1521, la monarquía española se dio a la tarea de “evangelizar” a los millones de indígenas mexicanos, es decir, convertirlos al catolicismo. Pese a que existieron diversos y muy variados métodos, también hubo resistencia de una gran parte de la población para adoptar la religión católica y olvidar sus cultos ancestrales, así como sus festividades.
Una de estas celebraciones prehispánicas fue la fiesta llamada “panquetzaliztli”, que iniciaba el 6 de diciembre, y continuaba 20 días después, en ella se celebraba el renacimiento del dios Huitzilopochtli y se le honraba con comida, bebida, levantamiento de banderas y danza. Todavía hasta la primera mitad del siglo XVI, ésta y otras festividades se seguían conmemorando a lo largo de todo el territorio novohispano. Debido a lo anterior, la evangelización y la difusión de la fe católica fue tarea primordial en el siglo XVI en la Nueva España, por lo que divisas órdenes monásticas se tomaron esta tarea muy en serio.
Los frailes agustinos, quienes habían llegado a la Nueva España en 1533, priorizaron esta tarea, y fue en 1587 en el actual municipio de Acolman, donde Fray Diego de Soria, prior del convento, le pidió mediante una carta al papa Sixto V, un permiso para celebrar “misas de aguinaldo”. Estas misas tenían una duración de nueve días y previo a su desarrollo se leían pasajes bíblicos, se efectuaban representaciones de la vida de Jesucristo y se les regalaba dulces a los niños, muy pronto esta celebración sustituiría poco a poco al “panquetzaliztli”.
Años después, y en vista del éxito, se introdujo el elemento de la piñata, a la cual se le añadirían siete picos que representan los siete pecados capitales. Asimismo, desde la perspectiva religiosa, los nueve días que perduran las posadas simbolizan la pureza, la humildad, la caridad, la generosidad, la justicia la confianza, el desapego, la fortaleza y la alegría. Muy pronto, la conmemoración se convirtió en toda una tradición en todas las capas de la sociedad.
Otros simbolismos religiosos de las posadas son los colores intensos y brillantes de las piñatas que representan la tentación; los dulces y colaciones significan la riqueza del reino de los cielos; el vendaje en los ojos representa la fe ciega con la que se vence al pecado y el palo de madera representa a su vez la virtud y la fuerza de voluntad con la que se vence al mal. De igual manera, otros simbolismos son los aguinaldos, representantes de los buenos deseos y las luces de bengala, que representan las estrellas que guiaban a María y José en su peregrinar.
Con la Independencia de México, la tradición católica de las Posadas se fue perdiendo en las iglesias y conventos mexicanos. A tal grado de casi desaparecer; sin embargo, ésta tradición fue rescatada por los fieles mexicanos, quienes hicieron suya la celebración y la mudaron de los conventos a los barrios y hogares mexicanos, adquiriendo un cariz festivo y popular. Para fines del siglo XIX las Posadas mexicanas eran ya una tradición única y reconocida a nivel mundial, incluso fueron retratadas y descritas en la película de Walt Disney Los Tres Caballeros (1944).
Hoy en día, las posadas y las piñatas mexicanas siguen siendo una tradición altamente reconocida a nivel mundial y una de las fiestas más folclóricas y emblemáticas de estas épocas decembrinas. El municipio de Acolman continúa fiel a su tradición elaborando piñatas en sus talleres y honrado esta festividad tal como lo hizo por vez primera hace 436 años. Más allá de ser una festividad católica, las posadas son ya parte de nuestro patrimonio e identidad de nuestra nación.
Por Juan Manuel Pedraza, historiador por la UNAM
Para saber más.
Allende S. (2018) Acolman, pueblo con encanto, Gobierno del Estado de México.
Dirección General de Culturas Populares (1991) Origen y significado de las tradiciones decembrinas, CONACULTA.