Desde el pasado martes 2 de mayo, los guionistas de Hollywood se encuentran en huelga, lo que supone un parón dentro de la industria audiovisual estadounidense que afectará tanto a las audiencias como a la economía de aquel país.
Pero, ¿qué originó esta protesta? Según el Sindicato de Guionistas de Estados Unidos (WGA), el reciente auge de las plataformas de streaming aumentó la demanda laboral creativa, y al mismo tiempo trajo consigo ciertas prácticas laborales que demeritan el trabajo de los escritores.
Debido a lo anterior, este organismo actualmente está negociando, en nombre de sus 11 mil 500 miembros, con la Alianza de Productores de Cine y Televisión (AMPTP), la cual representa a grandes estudios como Amazon; Disney; Netflix; Paramount; Sony; Warner Bros.; Discovery; Apple y NBC Universal.
Entre las peticiones del WGA destacan aumentos salariales y la retribución justa de los llamados “residuals”, es decir, los pagos que los miembros de un equipo reciben cuando su proyecto es transmitido por algún medio masivo.
Asimismo, el gremio espera que las plataformas de streaming generen procesos más transparentes en cuanto al número de veces que sus productos son vistos por los suscriptores, y que, con base en ello, se les pague un porcentaje sumado a los “residuals” fijos ya existentes.
También exigen a los estudios que garanticen a los guionistas de televisión una remuneración adecuada a lo largo de todo el proceso de preproducción, producción y posproducción; haya un mínimo de personas en la sala de guionistas, entre 6 y 12 escritores por programa; un aumento de las aportaciones a los planes de pensiones y fondo de salud; y la regulación del uso de inteligencia artificial (IA) al momento de crear libretos.
Como era de esperarse, las consecuencias de la huelga de guionistas en Hollywood han sido casi inmediatas, especialmente para los clásicos programas de entretenimiento nocturno.
De no alcanzar una pronta solución, los expertos prevén que las siguientes producción afectadas serán las series, que suelen escribirse con aproximadamente seis semanas de anticipación.
Cabe recordar que la última protesta de este tipo ocurrió en noviembre de 2007, misma que se prolongó durante casi cien días.