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Publicado en CULTURA

El coloso de Naucalpan. El olvidado Toreo de Cuatro Caminos

Sábado, 19 Agosto 2023 12:40 Escrito por 

Al viajar en automóvil o transporte por el municipio de Naucalpan sobre el Anillo Periférico, los mexiquenses veían a lo lejos un colosal domo que marcaba los límites del Estado de México con los del otrora Distrito Federal, ese recinto era el famoso Toreo de Cuatro Caminos, conocido simplemente como “el Toreo”. El Toreo, además de ser un espacio deportivo, centro de convenciones y plaza de toros, fue testigo de memorables hazañas de historia deportiva y en TresPm te contamos su historia.

Todo comenzó en la década de 1940. Con el desmantelamiento del antiguo Toreo de la Condesa y la inauguración de la Plaza de Toros México, se buscó una nueva alternativa taurina que proporcionara entretenimiento a los habitantes de la capital del país. El lugar para hacerlo fue el municipio de Naucalpan, en un entronque de cuatro antiguos caminos reales que comunicaban la ciudad de México con Tacuba, Huixquilucan y Cuautitlán.

Toreo de Cuatro Caminos en 1950. Fotografía de la Revista Hoy

 

Con una capacidad de aproximadamente 20 000 aficionados, el Toreo de Cuatro Caminos tuvo su corrida inaugural un 23 de noviembre de 1947. Participó en esta inauguración el torero Jorge Medina apadrinado por Lorenzo Garza. La plaza de toros de Naucalpan funcionó con regularidad, pronto se convirtió en una alternativa viable para los capitalinos y mexiquenses deseosos de ver una corrida de toros, por lo que poco a poco el Toreo de Naucalpan adquirió fama y notoriedad en el Estado de México y en la capital del país.

Se sabe que de 1947 a 1968, considerada como su época dorada en la tauromaquia, el Toreo de Cuatro caminos presenció 10 alternativas, esto es una ceremonia en la que un novillero primerizo se convierte en matador de toros. Algunos exponentes que pisaron el coloso de Naucalpan fueron: Fermín Espinosa “Armillita”, Eloy Cavazos y Luis Procuna. En este lapso, crónicas periodísticas afirman que se cortaron 35 rabos. La popularidad de la tauromaquia iba en aumento, por lo que la administración del recinto junto con el gobierno del Estado de México decidieron hacerle unas cuantas modificaciones.

Cartel inaugural de El Toreo de Cuatro Caminos en 1947. Imagen de Wikimedia Commons

 

Para el año de 1968 se inició la construcción de un domo, mismo que sería característico del recinto en años posteriores. Paradójicamente, con la edificación del domo también vino una recesión en los eventos taurinos del Toreo, por lo cual la nueva estructura del coso naucalpense se vio interrumpida, asimismo ingenieros y arquitectos consideraron que la estructura había sido mal planeada. Malos manejos y pésimas administraciones hicieron que el toreo permaneciera como un gigante dormido en espera de un resurgimiento.

Fue hasta 1977 cuando el domo de Naucalpan tuvo otra de sus épocas doradas de la mano de un deporte muy popular en México: la lucha libre. En ese año el promotor Francisco Flores, el luchador Ray Mendoza y el empresario Benjamín Mora junior, rompen con la Empresa Mexicana de Lucha Libre EMLL (actual Consejo Mundial de Lucha Libre) debido a diferencias en la dirección de Salvador Lutteroth, presidente y fundador de aquella empresa. Los disidentes buscaron un nuevo recinto para probar suerte con su nueva asociación, y ese lugar fue el Toreo de Naucalpan.

Ray Mendoza y Flores lograron llevarse varias jóvenes estrellas de la EMLL, quienes estaban frustradas por la falta de oportunidades. De esta forma nació en 1977 la UWA (Universal Wrestling Asociation), iniciaba así la primera guerra de empresas en la lucha libre mexicana. Cada semana la UWA celebraba sus funciones de lucha libre en el Toreo de Cuatro Caminos, motivo por el cual se le empezó a llamar “la casa de los independientes”.

Niños posando con El Toreo de fondo previo a una función de lucha libre. Fotografía de Lourdes Grobet.

 

En esa etapa el Toreo vio consagrase a varios ídolos de la lucha libre mexicana como El Santo, Blue Demon, Rayo de Jalisco, Cavernario Galindo, René Guajardo entre otros. Asimismo, el Toreo presenció el surgimiento y despegue hacia el estrellato de jóvenes promesas que más tarde se volvieron ídolos y leyendas de la afición, tal es el caso de Canek, Dos Caras, Fishman, El Solitario, Perro Aguayo, Los Villanos, Los Misioneros de la Muerte, Tinieblas, Negro Casas y muchos más. En funciones de lucha donde nunca faltaba la emoción, adrenalina, frenesí y la sangre sobre la lona, el Toreo marcaba una de sus etapas más gloriosas.

Algunos hechos memorables de esa época fueron: el recibimiento de figuras extranjeras como Hulk Hogan, Antonio Inoki, Lou Thesz, la última lucha de El Santo en 1982, y la hazaña del luchador mexicano Canek, al elevar y azotar contra la lona a André el Gigante. Las alianzas que hizo la empresa del Toreo con firmas extranjeras como la WWWF (actual WWE) y la nipona NJPW, hicieron que la UWA fuera un producto atractivo, rentable y de calidad para los aficionados mexicanos.

El luchador mexicano Canek azota contra la lona a André el Gigante de 2.24 m de altura en una función dentro del Toreo de Cuatro Caminos. .

 

Sin embargo, la crisis de UWA en los años 90, marcó también el inicio de la decadencia del Toreo. En 1995 desaparece la UWA dando por terminada una de las etapas más gloriosas en la historia de la lucha libre mexicana. La plaza naucalpense también fue escenario de eventos de box, e incluso el estadounidense Earvin “Magic” Johnson disputó un partido de basquetbol en el Toreo, en un encuentro entre estrellas norteamericanas y mexicanas.

El nuevo milenio acabó con el Toreo, al ser poco rentable vinieron los primeros problemas económicos y de mantenimiento para el inmueble. En esa década hubo diversos eventos, convenciones y funciones de lucha libre; sin embargo, al no redituar la cantidad de dinero esperada, el Toreo fue vendido y su demolición inició el 5 de septiembre de 2008, en su lugar se construyó un moderno centro comercial, mismo que actualmente continua en funcionamiento.

Toreo de Cuatro Caminos en 1997. Colección particular.

 

La imagen más recordada del domo quedó plasmada en el ícono de la estación del metro
Cuatro Caminos. Al recordar al Toreo, los mexiquenses no sólo lo evocan como un simple lugar de tauromaquia. El Toreo además de un espacio deportivo fue parte de la memoria de muchos aficionados y escenario de numerosas emociones e impresiones que dejaron ídolos deportivos. El coso de Naucalpan fue un verdadero ícono de todos los mexiquenses, quienes veían imponente su figura antes de entrar a la ciudad de México.

Por Juan Manuel Pedraza, historiador por la UNAM

Para saber más.

Navarrete. A. (1996) La Tauromaquia en México, Monterrey, Pulsar Internacional.
Grobet. L (2017) Espectacular de Lucha Libre, México, Trilce Ediciones.
Santana. G. (1995) Naucalpan Ayer y Hoy, Naucalpan, presidencia municipal.

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