Desde el inicio de la pandemia derivada del Covid-19 en 2020, la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas de Estados Unidos estableció el segundo sábado de febrero como el Día Mundial del Cine.
De acuerdo con su sitio web, el inicio del llamado séptimo arte se sitúa el 28 de diciembre de 1895, cuando los hermanos Auguste y Louis Lumière proyectaron al público de París sus primeras películas, esto en el Salón Indio del Gran Café.
Si bien en sus inicios pocos fueron quienes vieron en el cine un atractivo comparable a otras disciplinas presentes durante siglos, como la literatura o la música, poco a poco los filmes pasarían de ser un simple añadido a los espectáculos de variedades, enfocado a la clase obrera, a una práctica sofisticada gracias al aporte del soviético Serguéi Eisenstein, quien puso las primeras piedras teóricas alrededor de cómo el espectador podía percibir tanto imágenes como significados.
Tras ser utilizado como una herramienta de propaganda en diferentes guerras alrededor del mundo, Vladimir Lenin llegaría a señalar al cine como “de todas las artes, la más importante”.
Así, nacería una industria que cambió los envites de una sociedad que no paraba de progresar, del mundo al sonoro, y del blanco y negro al color, hasta llegar al rejuvenecimiento por CGI (imágenes generadas a computadora) y la inteligencia artificial (IA), todo ello sin perder la capacidad de contar un sinfín de historias.