El “Resolute Desk” es uno de los tesoros más históricos e invaluables de la Casa Blanca. Y es que a lo largo de 100 años, este mueble ha visto pasar a 28 presidentes de Estados Unidos, quienes sobre él firmaron algunos de los documentos que cambiaron el rumbo del país tanto para bien como para mal.
Sin embargo, lo que muchos no saben es que antes de instalarse en Washington D.C, este escritorio pasó por un naufragio en el Ártico en 1854.
El HMS Resolite fue un buque de la Marina Real Británica, que se perdió mientras exploraba en busca de la expedición perdida de Franklin. Con fuertes tormentas y temperaturas extremas, el hielo atrapó el barco, forzando a la tripulación a abandonarlo. Tras permanecer casi un año a la deriva, fue descubierto por balleneros estadounidenses en 1855 y llevado a la ciudad de Nueva York.
Una vez ahí y como símbolo de buena voluntad, el Congreso americano financió su restauración y devolvió el navío lugar de origen. La reina Victoria, agradecida por este gesto diplomático, decidió fabricar el “Resolute Desk” para obsequiarlo al entonces presidente de Estados Unidos, Rutherford B. Hayes.
Desde entonces, todos los mandatarios, a excepción de Johnson, Nixon y Ford, han utilizado el mueble, cuya singularidad radica en la madera de roble con el que está hecho, así como un grabado del Escudo de Armas Presidencial sobre la parte frontal.
*Fuente: National Geographic en Español