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Publicado en CULTURA

“Caricias que duelen”, teatro contra el abuso sexual

Sábado, 27 Marzo 2021 00:01 Escrito por 

Cuando su sobrino le pregunta de qué va a tratar la nueva obra, el actor Mike Jiménez siente el impulso de autocensurarse para protegerlo, para mantenerlo lo más lejos posible de aquello que atraviesa la puesta en escena No tocar.

"Pero lo que estamos haciendo con la obra es todo lo contrario", rectifica en entrevista el integrante de Plumbagos Teatro, que presenta en La Capilla una historia sobre caricias que lastiman, que duelen: el abuso sexual.

"Necesitamos verbalizarlo para que los niños sepan que esto no debería ocurrir, y si ocurre, encontrar puntos de acción para evitar que siga sucediendo", subraya el actor.

Con dramaturgia de Enrique Olmos de Ita, y bajo la dirección de Dulce García, No tocar constituye el segundo proyecto de la joven compañía teatral que anteriormente, con Ombligos brillantes, confrontó a los niños con el tema de la muerte y el duelo.

"Ahora nos enfrentamos al abuso sexual: cómo enfrentarlo con los niños, cómo hablarlo", remarca García sobre lo que puede resultar desconocido para un par niños de 8 años como Luis y María, protagonistas de esta historia.

"Queremos hacerlo de una forma en la que no se trate de llegar al morbo, pero que también pueda ser artístico, utilizando metáforas, sin que con esto se diluyan las acciones violentas o fuertes de la obra. Porque siempre es importante que llegue el mensaje y que se muestre como es", estima, por su parte, Brigett Hernández, en el papel de María.

En lo personal, la actriz cuenta que un reto al encarnar su rol es el choque con la propia experiencia de ser mujer en un País con altísimos índices de acoso y violencia de género.

"Cómo darle voz a María y lograr que a través de ella lleguen con fuerza todas las voces de todas las mujeres que hemos vivido eso, y no nada más las mujeres, también los niños", apunta.

"Estamos dentro del barco, ya estamos arriba, entonces vamos a explorarlo y a meternos hasta las últimas consecuencias. Siempre con el respeto, siempre con esta responsabilidad de medirlo, de cuidarlo; que no sea algo vulgar, que no sea morboso. Al contrario: cómo artísticamente representar esta violencia que es una realidad", refiere García.

Para Jiménez, por su parte, está siempre el fuerte deseo de adentrarse en la ficción para auxiliar a quien se encuentra sufriendo una situación que lamentablemente es común e incluso muchas veces ocurre al interior del núcleo familiar.

"Me ha costado trabajo que este adulto que soy yo se quiera involucrar para salvar o cuidar a Luis; quisiera yo de repente detener ensayos y abrazar a Luis y decirle: 'Tranquilo, todo está bien; todo va a estar bien'. O meterme y decirle a María: '¡Por favor, grítalo, háblalo con tu mamá!'", cuenta el actor.

Y es justo eso, la importancia de hablar, el mensaje que el grupo busca enviar no sólo a la audiencia infantil, sino a los padres, madres, tíos, abuelos y cualquier tutor adulto que atienda esta obra, ya sea de forma virtual o en vivo.

"Algo a lo que apostamos es al diálogo entre los adultos y los niños, y por eso es importante para nosotros que los papás se tomen el tiempo de resolver las dudas que los niños pueden tener después de esta puesta en escena", comenta también la productora Úrsula Durón.

"Que los niños se den cuenta de que es importante hablar, que no todos los secretos son buenos y que hay cosas que sí hay que decirle a los adultos. Y también que los adultos se den cuenta que los niños no inventan esto; no son cosas que salgan de su imaginación. Cuando ellos dicen que algo está sucediendo, hay que poner atención. Hay focos rojos que muchas veces pasamos por alto".

Reforzar, continúa Durón, la necesidad de tocar este tema en familia, desde casa, por más complicado que sea y por más miedo que pueda dar.

"No podemos dejar a nuestros niños sin herramientas, porque parte de protegerlos es eso: informarlos, y creo que esta obra puede fungir como punto de partida", opina la productora.

"Ojalá llegue a quien tiene que llegar, y mueva lo que se tenga que mover. No en una búsqueda de que el teatro cambie o que esta obra impida el abuso sexual, pero sí que se verbalice y se revele algo ante los ojos de quien pueda verlo. Eso es lo que espero", dice Jiménez. No tocar se presenta en La Capilla cada sábado a las 12:30 horas hasta el 24 de abril, con funciones en línea cuyas entradas se pueden adquirir en www.boletopolis.com, y también se ofrecen presentaciones privadas en el recinto de Calle Madrid 13, Colonia Del Carmen, en Coyoacán, para las que hay que contactar a Plumbagos Teatro a través de su sitio en Facebook.

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