No cabe duda que uno de los vestigios históricos más simbólicos para México como nación es la Campana de Dolores, aquella misma que se dice utilizó Miguel Hidalgo y Costilla para dar inicio a la rebelión contra las autoridades del Virreinato de la Nueva España.
Desde su creación, este instrumento permaneció en el estado de Guanajuato, sin embargo, en 1986, Porfirio Díaz ordenó su traslado a la Ciudad de México, capital del país. ¿Cuál fue la razón?
Según los historiadores, el entonces presidente tomó esta decisión con motivo del Día de la Independencia de México, ya que consideró que la denominada Campana de Dolores estuviera guardada dentro de Palacio Nacional.
No obstante, Porfirio Díaz nunca imaginó que dicho traslado se convirtiera en todo un suceso, pues entre pomposidad y la atención popular, el artefacto fue desplazado por Avenida Juárez hasta la Plaza de la Constitución, en el Centro Histórico.
La comitiva a cargo del cambio se compuso de 7 grupos, los cuales llevaban consigo distintivos simbólicos de México. Mientras que personalidades de todos las entidades de la República fueron representadas por numerosas comisiones y gremios nacionales.
Una vez en la Ciudad de México, el propio mandatario, acompañado de su gabinete, presenció la llegada de la Campana de Dolores, la cual fue desplazada bajo una fuerte custodia militar del general Alfonso Flores. Como dato curioso, ésta no venía sola, pues estaba acompañada por un cañón que, supuestamene, también usó el cura Miguel Hidalgo y Costilla.
Tras un breve discurso de Porfirio Díaz, el instrumento se colocó en el balcón principal del Palacio Nacional y la celebración en la capital continuó con un desfile militar a la espera de que cayera la noche para dar el tradicional grito.
“El silencio ocupó el espacio y el general Porfirio Díaz, ondeando con ahínco la bandera nacional, hizo resonar la histórica Campana de Dolores, sonido al cual siguieron lluvias pirotécnicas, globos y replique general”, explica el sitio web del Gobierno de México.