- El contagio por coronavirus en el penal de Cuautitlán, el motín o riña de este martes, el desinterés de las autoridades por informar, el descontento de los familiares y la represión aplicada son apenas una muestra de lo que ocurre cotidianamente en las cárceles estatales; la diferencia es que el Covid podría echar abajo el jugoso negocio que representa la industria penitenciaria. El hacinamiento, hasta ahora, les ha resultado redituable, aunque por primera vez podría ser contraproducente la política de embotellar a quienes no se prestaron al cochupo o no tuvieron dinero para defenderse, pero que son obligados a pagar hasta por el aire que respiran. En algunos centros de reclusión los directivos, que cuentan con presupuesto público, pidieron dinero a los familiares para sanitizar; no dan paso sin huarache.
- Con el paso de los días las calles de la capital mexiquense se han ido repoblando, luego del temor inicial, muchos mexiquenses han decidido tomar el aislamiento social como vacaciones y zonas comerciales como la Terminal de Toluca parece que recobran el empuje perdido. ¿Que se requiere para concientizar a la población sobre lo peligroso de esta enfermedad? El gobierno estatal emitió un pronunciamiento anunciando que las siguientes tres semanas puede ser el pico más alto de contagios, pero los mexiquenses que no requieren salir de sus casas siguen jugando a “la ruleta rusa”...
- La insistencia sobre la inseguridad no es capricho, el Estado se forma para la monopolización del la violencia, sin embargo, parece que es todo lo contrario, día con día se tienen de a dos, tres, cinco... ejecutados en el Estado de México, es necesario un cambio de estrategia por una que no solo magnifique la corrupción, sino que verdaderamente brinde seguridad a las personas que habitan esta entidad.