Despido masivo en bomberos de Toluca
Con la soga al cuello
- Podría pensarse que la violencia en Amanalco pudo evitarse si la alcaldesa no se hubiera cambiado de partido después de ganar, aunque eso no da derecho a nadie a agredirla físicamente. Tan condenable es lo uno como lo otro. La solución, pudo darse desde hace mucho, estableciendo los candados pertinentes desde la Legislatura; pero, como la práctica es recurrente en todos los partidos, nadie le pone el cascabel al gato porque temen autocerrarse las puertas por si en algún momento se les ofrece. Por cierto, el senador Juan Zepeda fue diputado y desde allí pudo evitar que su militante que ahora es presidenta municipal se cambiara de partido, aunque tampoco debiera olvidarse que él mismo es resultado de esta práctica: era perredista, y hoy es dirigente de Movimiento Ciudadano.
- No debiera sorprender, aunque eso de ninguna manera significa que la práctica es saludable, que con cada administración municipal y estatal ocurran movimientos de personal, sobre todo el de “confianza”; sin embargo, a estas alturas ya tendría que ser una falta sancionable que el reparto de cuotas trastoque espacios del personal operativo que, generalmente, percibe los salarios más bajos, pues derivado de ello los laudos laborales se vuelven lozas para las finanzas municipales. Es por eso que la “baja” de 68 bomberos, paramédicos y administrativos de Protección Civil de Toluca desde este 05 de enero causó molestia en la opinión pública, con todo y que la actual administración responsabilice a la anterior de iniciar el procedimiento. Lo cierto es que, aunque se asegura que se dialogará con ellos, su permanencia está en la tablita, y el actual coordinador de Protección Civil, Arturo Vilchis, estaba enterado de la decisión desde finales de diciembre, según lo reconoce; como nuevo titular, ese era el momento para oponerse, en el entendido de que hubiera querido.
- Algunos ayuntamientos pasarán los meses más difíciles de la administración mientras llegan los recursos para desarrollar sus actividades, pues aseguran que en muchos casos se quedaron sin dinero hasta para el pago de nóminas, pero aún así deben sacar acciones para cacarearlas en sus primeros 100 días. Esto puede hacer que muchos funcionarios empeñen parte de sus futuras acciones, pues sacarán recursos hasta debajo de las piedras, pero aún así permanecerán con la soga al cuello para cumplir con las expectativas de los presidentes municipales entrantes.