Según expertos, esta idea refleja un cambio profundo, donde a las mascotas se les considera, cada vez más, como miembros de la familia. A partir de ello, reciben un nivel cuidado y atención similar al de un hijo.
De acuerdo con Gary Landsberg, médico de la Clínica de Comportamiento Veterinario del Norte de Toronto, Canadá, este aparente “gusto por el chisme” no tiene que ver con el tipo de interacción social propia de los seres humanos, sino con su interés natural por el entorno.
En entrevista para el sitio web de FOUR PAWS, organización dedicada al bienestar animal, Alesya Lischyshyna, miembros de la Fundación, relató el estado crítico en el que fueron encontradas ambas mascotas: “Cuando las hallamos, estaban heridas y completamente en estado de shock”.
Ahora, con este cambio en el artículo 73, se garantizará que estos ejemplares no sean llevados a centros de control pese a reportes anónimos, asegurando así que caninos y mininos puedan quedarse en su entorno sin riesgo de ser capturados.
Tras analizar cómo la presión selectiva ejercida por humanos llevó a la convergencia entre especies domesticadas, los autores identificaron casos claros tanto de caninos y mininos, como entre ambos animales.
Una posible razón acerca del comportamiento planteado al inicio de esta nota es que los mininos no perciben los sabores dulces
Hablando de darles lo mejor, un apartado que todo dueño debe considerar fundamental es la alimentación.
Hoy día, existen diferentes opciones para cuidar a los animalitos en ese lapso, las cuales varían dependiendo las necesidades de cada hogar.
Elaborada por la Universidad de Tufts, en Massachusetts, Estados Unidos, la presente investigación señala que tener un animal de compañía supone hoy día un beneficio de hasta 90 mil dólares al año en satisfacción con la vida
El resultado de lo anterior es una exposición constante, sobretodo en hogares donde la mascota pasa la mayor parte del día en interiores.
