La secretaria de Energía de Estados Unidos, Jennifer Granholm, reconoció este jueves que hay "temas que trabajar" con el gobierno mexicano por la reforma eléctrica que impulsa el presidente Andrés Manuel López Obrador.
"Como todos los amigos, puede haber temas en los que también vamos a trabajar, en la reforma eléctrica, pero sabemos que al final vamos a ser aliados fuertes", declaró Granholm en su primer evento de su gira de dos días en México.
Granholm se reunió con el canciller Marcelo Ebrard y con el embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, al inicio de su viaje en el país, donde también se reunirá esta tarde con López Obrador.
La secretaria estadounidense, según la Embajada, trasladará a los políticos y ciudadanos mexicanos el compromiso de Washington con las inversiones en energía limpia y con el aumento de la diversidad en el sector energético internacional.
"México tiene una envidiable y asombrosa serie de recursos limpios de los que queremos hablar", expuso Granholm en su mensaje inicial.
Pero su visita ocurre mientras crece la presión de empresarios y legisladores estadounidenses por la reforma constitucional de López Obrador que busca limitar al 46 % la participación privada en generación eléctrica para favorecer a la Comisión Federal de Electricidad (CFE), empresa del Estado.
La reforma también eliminaría los reguladores autónomos de energía, cancelaría contratos previos y priorizaría a las plantas fósiles de CFE sobre las renovables de privados, por lo que los críticos denuncian que viola el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
Sin referirse aún a esas preocupaciones, Granholm resaltó la importancia de que México y Estados Unidos "fuertemente respalden una economía fuerte de Norteamérica".
"Las reuniones que nuestros líderes tuvieron en Washington (en noviembre pasado) realmente enfatizan la importancia de una América del Norte fuerte y estamos emocionados de poder traer eso", comentó la secretaria.