Los cárteles mexicanos financian y dotan de armamento a grupos criminales de Colombia, según un informe de la Fundación Paz y Reconciliación, basada en el país sudamericano.
"Aunque la relación del crimen organizado entre Colombia y México viene de décadas anteriores, protagonizada por los grandes cárteles del narcotráfico, en la actualidad, se ha dinamizado debido al importante flujo de capital y armas traído desde el país norteamericano", indica el reporte.
"La presencia de cárteles mexicanos en el país coincide con los lugares de mayor intensidad de cultivos de coca o con corredores estratégicos para el narcotráfico".
Según la Fundación Paz y Reconciliación, este cambio en la relación entre los grupos criminales de las dos naciones tuvo su origen en el vacío creado por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) al dejar las armas en 2016.
Principalmente el Cártel de Sinaloa y el Cártel de Jalisco Nueva Generación financian y dan armamento a grupos colombianos.
La expansión del narco mexicano no implica que connacionales estén asumiendo el control en Colombia, ni la llegada de grandes grupos de sicarios, aunque sí han aumentado las detenciones de mexicanos en aquel país por lavado de dinero.
"Durante las últimas dos décadas, los cárteles mexicanos se han fortalecido, expandiendo su accionar a lo largo del triángulo del norte (Guatemala, Honduras y El Salvador)", establece el reporte.
"El fortalecimiento de los cárteles mexicanos y de sus vínculos con el crimen organizado centroamericano puede observarse también en Colombia, a través de la captura de personas de los países de Centroamérica por porte y fabricación de estupefacientes, y también por lavado de activos".
Con su incursión en Colombia, los cárteles mexicanos buscan garantizar el suministro de droga que trafican hacia Estados Unidos, a la vez que reducir sus costos, al estar involucrados en toda la ruta del trasiego.