A pesar del intenso calor que se percibe en la capital mexiquense, personas que laboran en los cruceros y semáforos de la ciudad, continúan su pesada labor de conseguir unos pesos para llevar al hogar.
Así lo demuestra un malabarista que, maquillado de medio cuerpo en color plateado, se sube a una escalera y demuestra su arte haciendo volar bastones prendidos con fuego, a fin de ser del agrado de los automovilistas que esperan pacientes en los semáforos , y así recibir unas monedas.