Los rescatistas japoneses corren "contra el tiempo" este martes para rescatar a los sobrevivientes del violento terremoto que sacudió el centro del país el día de Año Nuevo y dejó al menos 55 muertos y enormes daños. El potente sismo de magnitud 7.5 golpeó el lunes la prefectura de Ishikawa, en la península de Noto, en la isla principal de Honshu, pero se espera que el balance suba, ya que hay muchas personas atrapadas.
La Agencia Meteorológica Japonesa (JMA) indicó que después del terremoto inicial se registraron 155 réplicas, en su mayoría con magnitudes superiores a 3. Con la luz de la mañana, las autoridades constataron la dimensión de la destrucción en Ishikawa, con edificios aún humeantes, casas derribadas y barcos pesqueros hundidos o arrastrados a la costa.
"Se han confirmado daños muy cuantiosos, incluidas numerosas víctimas, edificios colapsados e incendios", declaró a periodistas el primer ministro Fumio Kishida tras una reunión de respuesta al desastre. "Tenemos que correr contra el tiempo para buscar y rescatar a las víctimas", agregó.
Tomas aéreas mostraron la devastación de un incendio en el puerto de Wajima, donde colapsó un edificio de siete pisos. Casi 45 mil casas están sin electricidad en la zona, que registró temperaturas heladas durante la noche, dijo la empresa eléctrica. Olas de 1.2 metros de altura golpearon Wajima a las 16:21 horas (locales) y otras más pequeñas se registraron en otros lados, incluida la isla de Hokkaido, en el norte. Pero la JMA anunció la mañana del martes el levantamiento de todas las alertas de tsunami.
El ministro de Defensa, Minoru Kihara, informó que mil militares están preparados para dirigirse a la región y que otros 8 mil 500 fueron movilizados. Las autoridades usaron también 20 aviones militares para registrar los daños. La autoridad de transporte cerró las autopistas en la zona cercana al epicentro y Japan Railways anunció que los trenes de alta velocidad entre Tokio y la prefectura de Ishikawa quedaron interrumpidos.
El gobierno, por otro lado, precisó que no se registraron consecuencias en las centrales nucleares del país. Los daños causados por los sismos afectaron sobre todo a las casas antiguas, que suelen ser de madera. El portavoz del gobierno, Yoshimasa Hayashi, señaló "seis casos" de personas que están en edificios derrumbados en la zona de Ishikawa.
En un video en la red social X se pudieron ver casas antiguas destruidas. "Es el distrito Matsunami de Noto. Estamos en una situación horrible. Por favor, ayúdenos. Mi ciudad está en una situación horrible", lamentó una persona en la grabación.
Largas filas para conseguir agua y comida tras sismo
Cientos de habitantes de la pequeña ciudad japonesa de Shika hacen fila el martes frente a la alcaldía esperando recibir los seis litros de agua asignados a cada persona tras el potente terremoto que sacudió en la víspera el país. Tsugumasa Mihara, de 73 años, dice que no recuerda haber vivido algo semejante. Este habitante de la ciudad, situada en la prefectura de Ishikawa, estaba haciendo una siesta cuando un "fuerte remezón" le despertó el lunes a las 16:10 horas.
"Me sentí impotente (...) Todo lo que pude hacer fue rezar para que se acabara rápido", contó a la agencia AFP.
En total, unos 150 sismos sacudieron Japón entre el lunes por la tarde y el martes por la mañana. El más fuerte alcanzó una magnitud de 7.6, según la JMA. Los daños en la casa de Tsugumasa Mihara fueron leves: apenas unos platos rotos en el suelo de la cocina. Y a diferencia de muchos otros habitantes, tiene electricidad.
Pero el problema, explica, es el agua, ya que la red de agua potable de Shika, así como de muchas otras ciudades de la península de Noto, quedó dañada. Muchos otros habitantes de la península corrieron con menos suerte. Varios edificios y casas se derrumbaron como consecuencia de las sacudidas.
En Wajima, todo un barrio de casas de madera quedó destruido por las llamas. En esta península rural encajonada entre las montañas y el mar, el acceso de los servicios de emergencia es difícil en todas partes debido a las carreteras dañadas, derrumbadas o bloqueadas por desprendimientos de tierra.
Una calma inusual reina en las calles de las ciudades, que también vieron muchos vehículos atascados en grietas del asfalto. Los habitantes también hacen fila frente a los supermercados para abastecerse, aunque algunos comercios están cerrados por falta de suministros. "Hoy estamos cerrados. Estamos evacuando", reza un cartel a la entrada de uno de estos locales.
En algunos lugares, los obreros ya están trabajando para sellar las grietas y facilitar el paso de los bomberos, del ejército —que fue llamado como refuerzo— y de la policía. Frente al ayuntamiento de Shika, Yuko, una mujer de 58 años, también espera recibir agua, distribuida por un funcionario con uniforme azul y mascarilla.
"Necesitamos agua", dijo "Un acontecimiento como este nos recuerda lo esencial que es el agua", señala. "Estaba en mi casa, en el primer piso, viendo la televisión cuando se produjo el terremoto. Temí por mi vida", cuenta la mujer.
La forma en que comenzó 2024 "quedará grabada en mi memoria para siempre", dice otra mujer de 46 años, Akiko, que junto a sus hijos estaba visitando a sus padres en Wajima para celebrar el fin de año. Desde el sismo, toda la familia duerme afuera de la casa de madera de sus padres, que quedó inclinada. Y Akiko no puede de momento regresar a su casa debido a que las rutas están bloqueadas.
Pero Akiko se mantiene positiva. "Ahora que hemos visto lo peor (...) hay que seguir adelante".
Fuente: Excelsior / AFP