Un grupo de senadores republicanos reclamó al presidente estadounidense, Joe Biden, una política “aceptable” contra la migración irregular en la frontera sur después de que el 11 de mayo expire el Título 42, norma por la que se han hecho expulsiones en caliente con el pretexto de la pandemia.
Lindsey Graham, John Cornyn y Ted Cruz advirtieron en conferencia de prensa que la expiración de esa normativa exacerbará el ya de por sí “desastre humanitario y de seguridad” en la frontera con México.
“El 11 de mayo va a ser un día de pesadilla para los estadounidenses. (El Título 42) Es una de las herramientas más efectivas para desalentar la migración ilegal. La semana que viene se va a desatar el infierno”, destacó Graham en el Senado.
Para Cornyn, “lo que actualmente es una inundación de gente (en la frontera) va camino de convertirse en un tsunami”. “Estamos aquí para decir: si piensas que las cosas ya están mal, van a ir a peor”.
Bajo el Título 42, que permite a las autoridades estadounidenses devolver de manera inmediata a México a los migrantes de ciertas nacionalidades que cruzan la frontera, se han llevado a cabo 2.7 millones de expulsiones, según sus cálculos.
Se implantó bajo el mandato del republicano Donald Trump (2017-2021) y se ha mantenido con el de Biden, pero dejará de estar en vigor con la ley promulgada en abril que da por finalizadas el día 11 las actuales declaraciones de emergencia nacional y de salud pública decretadas por Trump en 2020 por la pandemia.
Los senadores calcularon que el flujo de migración en respuesta a esa decisión podría pasar de las 6 mil 300 personas actuales al día a entre 10 mil y 13 mil. “Básicamente se duplica el problema”, alertó Graham.
“Pido (a la Administración) que encuentre un sustituto aceptable al Título 42. Esto es como estar siendo atropellado por un camión a cámara lenta”, recalcó sobre la situación actual en vísperas de que la normativa finalice y sobre la previsión de que empeore.
Su reclamo tiene lugar un día después del anuncio del Pentágono de que a partir del 10 de mayo y por un periodo de 90 días se mandarán a mil 500 soldados de refuerzo a la frontera con México para respaldar a los agentes de la Patrulla Fronteriza estadounidense.
Este martes, además, Estados Unidos y México acordaron medidas adicionales para abordar la situación. Entre otras, EE.UU. reafirmó su compromiso de seguir admitiendo personas de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela bajo el programa humanitario y México indicó que continuará “aceptando de regreso a migrantes bajo motivos humanitarios”, según el comunicado conjunto.
Para los senadores republicanos, el envío de tropas es un mero “teatro político” porque esos efectivos adicionales efectuarán tareas administrativas y no interactuarán con los inmigrantes. “No van a cambiar la dinámica ni el resultado”, recalcó Graham.
El grupo tampoco respaldó la decisión del Ejecutivo de crear centros para gestionar solicitudes de migrantes en Colombia y Guatemala, donde esas personas podrán acceder a algunas vías legales de migración como obtener el estatus de refugiado, programas para reunificación familiar y permisos laborales.
Aunque en teoría sea una buena idea, según dijeron, el problema debe ser abordado de raíz.
“La política de puertas abiertas que Biden ha implantado está causando sufrimiento y muerte cada día. (…) No piensan arreglarlo. No pretenden acabar con los cárteles, ni asegurar la frontera, ni detener a los narcotraficantes”, consideró Cruz, representante del estado fronterizo de Texas.
Con información de EFE / lopezdoriga