El Presidente Joe Biden recibió en la Casa Blanca a jugadoras de la selección femenil de futbol de Estados Unidos para promover la equidad salarial entre hombres y mujeres en el país.
Este miércoles se cumplió el "Día de Equidad Salarial", que significa el número de días que tendría que laborar una mujer para ganar lo mismo que un hombre durante un año.
El Mandatario y la Primera Dama Jill Biden sostuvieron una mesa redonda con las jugadoras Margaret Purce y Megan Rapinoe, ganadoras del Mundial de 2019 y quienes han protestado contra la Federación Estadounidense de Futbol por discriminación salarial. Tras el evento, Biden firmó una proclamación del Día de Equidad para expresar su compromiso con erradicar el problema.
"Soy una atleta profesional. Junto con todas mis compañeras, virtualmente aquí, y una literalmente aquí, hemos ganado cuatro campeonatos mundiales y cuatro medallas olímpicas de oro para Estados Unidos", dijo Rapinoe.
"Y pese a esas victorias, he sido devaluada, me han faltado al respeto y rechazado porque soy mujer. Y me han dicho que no me merezco más que eso, porque soy mujer. Pese a todas las victorias, me pagan menos que a hombres que hacen el mismo trabajo que yo".
Rapinoe se dijo agradecida y honrada de estar en la Casa Blanca con el Presidente Joe Biden, a quien calificó como "uno de nuestros más grandes aliados".
Al tomar la palabra, el demócrata felicitó y dio las gracias a Rapinoe y Purce por inspirar a las mujeres, incluyendo a las de su familia, las que dijo eran buenas atletas. Dijo que el conocerlas y hablar con ellas lo convirtió en un héroe entre sus nietas, quienes son fanáticas del futbol.
"En casi todos los trabajos, más del 90 por ciento de las empleadas mujeres todavía ganan menos que los hombres, 82 centavos por cada dolar, en promedio", recordó Biden.
"No importa si eres electricista, contadora o parte del mejor equipo de futbol en el mundo. La brecha salarial es real". La Administración Biden está impulsando políticas par ayudar a combatir la brecha. Respalda la Ley de Protección y Justicia de Salarios, que reforzaría una ley de 1963 para mejorar la transparencia en los salarios, y exigiría a los empleadores demostrar que cualquier disparidad salarial está basada habilidades y no en razones de género.