Pionyang anunció este viernes otro test de misiles, el cuarto en 20 días, lo que unido a la oferta de acercamiento del líder Kim Jong-un busca poner a prueba a Seúl, que de momento parece estar optando también por mostrar a la vez músculo militar y voluntad de diálogo.
Medios de aquel país detallaron que el ejército norcoreano disparó el jueves un nuevo tipo de misil antiaéreo más sofisticado, una prueba que aparentemente no fue detectada por Seúl o Washington.
La agencia de noticias KCNA no nombró el nuevo proyectil, no explicó donde tuvo lugar la prueba y no aportó datos de vuelo, aunque afirmó que el test fue "de gran importancia práctica para estudiar y desarrollar distintos sistemas de misiles antiaéreos futuros".
La prueba, de menor calado que las tres anteriores al tratarse de una defensa antiaérea, ocupó además la página 2 del diario Rodong, el principal del país, en vez de la portada.
Nuevas tecnologías
KCNA destacó la "rápida respuesta y precisión de guiado" del arma y "el aumento sustancial en la distancia para derribar objetivos aéreos" y mencionó el uso de nuevas tecnologías como el "control de timón doble y el motor de vuelo de doble impulso".
El control de timón doble parece consistir en la adición de diferentes alerones en la ojiva y la franja media del misil para incrementar su maniobrabilidad, al tiempo que la longitud del proyectil apunta a que podría interceptar objetivos a gran altura, según se deduce de la única foto publicada por medios norcoreanos.
Nuevamente el militar Pak Jong-chon, uno de los cinco miembros del poderoso presidium del partido único, estuvo presente en la prueba, a la que no asistió Kim Jong-un.