Tan pronto como llega el invierno, algunos comenzamos a sentirnos tristes, irritables, cansados y hasta insomnio nos da, pero no siempre se trata de crisis por las fiestas decembrinas, sino por la falta de sol.
Bueno, pues nuestro astro rey es el encargado de proporcionarnos, además de un bronceado espectacular, hasta el 90 por ciento de la vitamina D que necesitamos.
Ahora, si no estás en la playa, -aunque recuerda que el bloqueador solar también impide la captación de la vitamina-, seguramente asolearte es complicado por no decir que una opción a descartar por la contaminación y el ajetreo diario, pero no te preocupes, te tenemos la solución.
Primero, debes saber que la vitamina D es un componente esencial para mantener en forma y sanos nuestros huesos, que solo pueden absorber el calcio, su principal compuesto, si tienen esta sustancia y el cuerpo tiene tres vías para obtenerla: 1) a través de la piel –por exposición a los rayos solares–; 2) por vía alimenticia y 3) mediante de los suplementos farmacológicos.
Lo normal es que el sol nos aporte 90% y el restante 10% se obtenga vía alimenticia.
Y ya hablando de las soluciones, de acuerdo con la revista Hola! si comes pescados de mar como el atún, la sardina o el salmón; moluscos y crustáceos, las yemas de los huevos y los productos lácteos fortificados como el queso, la leche y mantequilla, la vitamina D llegará a tu rescate.
Ahora bien, si percibes algunos de los síntomas de hipovitaminosis -falta de vitaminas- como fatiga, mareos, dificultad para respirar, habla con tu médico y él, a través de un análisis sanguíneo, podrá verificarlo y realizar el diagnóstico adecuado.