Los cubrebocas son un producto sanitario que, junto a otros elementos de protección y medidas de higiene, nos permiten evitar exponernos y proteger a nuestro entorno de la contaminación con patógenos. La infección por COVID-19 se transmite por gotas. Éstas son producidas por el paciente al toser, estornudar que pueden viajar alrededor de un metro.
Carlos Cruz Salazar, enfermero de cuidados intensivos y docente en la UNAM, explica que la eficacia de filtración depende del producto sanitario que tengamos a nuestra disposición. Los diferentes tipos de mascarillas evitan que nuestro entorno se pueda contagiar y/o protegernos a nosotros mismos. Por eso, es importante entender en qué tipo de escenario nos vamos a encontrar.
TIPOS Y USOS DE MASCARILLAS
Existen múltiples máscaras de protección en el mercado para hacer frente a todo tipo de gases y partículas. Pero en el ámbito sanitario se trabaja con dos tipos fundamentales: las mascarillas quirúrgicas o de cirujano y las mascarillas de alta eficacia. La diferencia entre ambos productos es la filtración y la dirección del flujo de aire.
Las mascarillas quirúrgicas son las que debemos usar todos para evitar la propagación de la pandemia y en situaciones en las que tengamos contacto con otras personas que no estén infectadas. Las mascarillas de alto riesgo son las indicadas para todos los que estén en contacto con personas COVID-19 positivo.
Mascarilla quirúrgica
La mascarilla quirúrgica no filtra el aire inhalado, por tanto no nos protege de forma efectiva. Su objetivo fundamental es evitar la transmisión. En esta lucha todos somos responsables de proteger y frenar la expansión del virus. Es importante usar una mascarilla quirúrgica en las situaciones cotidianas en las que tengamos contacto con espacios abiertos o en concentración de personas.
Mascarilla de alto riesgo o alta eficacia
Las mascarillas filtrantes se consideran EPI. Un EPI es el Equipo de Protección Individual, un dispositivo que se lleva con el objetivo de que proteja contra riesgos que puedan amenazar a la salud, en este caso la exposición al coronavirus.
Estas mascarillas protegen contra los aerosoles, que son pequeñas partículas que viajan por el aire a distancias mayores de un metro y pueden producirse, por ejemplo, en el ámbito hospitalario. No obstante, este tipo de transmisión aérea tiene menor impacto si las personas están protegidas con cubrebocas o mascarillas de alta filtración.
Cubrebocas de tela
Este tipo de productos se ha popularizado durante las últimas semanas ante el alza en el costo de material quirúrgico para protección, sin embargo, ¿qué tan efectivo es?
Científicos de todo el mundo se han dado a la tarea de identificar los materiales de uso diario que filtran mejor las partículas microscópicas. En pruebas recientes, los filtros de aire HEPA dieron buenos resultados, al igual que las bolsas para aspiradoras, las capas de fundas de almohada de 600 hilos y las telas similares a las pijamas de franela. Las torres de filtros de café dieron resultados medianamente buenos. Las bufandas y las pañoletas rindieron los peores resultados, aunque sí detuvieron un pequeño porcentaje de partículas.
Especialistas aseguran que el ver cómo pasa la luz a través de la tela puede ayudarte a decidir si es buena candidata para realizar un cubrebocas casero.
Sostenlo frente a una luz brillante. Si la luz atraviesa las fibras con mucha facilidad, de modo que casi puedes verlas, no es una buena tela. Por el contrario si el tejido es más denso y el material más grueso de tal manera que la luz no pasa con tanta facilidad, ese es el material que debes utilizar.
Es decir, los cubrebocas hechos con doble capa de tela de más de 600 hilos permiten una contención similar al del cubrebocas quirúrgico, sin embargo, funciona para contener los fluidos de su portador, no evita el contagio en caso de que otra persona expulse fluidos, por eso la importancia de su uso generalizado.