Las deficiencias en la vista son algunos de los problemas de salud que mayores dificultades trae consigo en la vida cotidiana de las personas. En este sentido, la baja visión es una compleja discapacidad visual que no produce la ceguera total, pero que impide realizar sencillas tareas como cocinar o leer.
La baja visión es una condición de salud que se manifiesta a través de la pérdida de la agudeza visual, según la definición de la Organización Mundial de la Salud. Como consecuencia de ello, el individuo pierde la capacidad de leer con normalidad, distinguir personas, conducir, ver televisión y hasta escribir.
No se considera una enfermedad, sino que se ha definido como una condición que impide a los ojos tener correctos niveles de agudeza y campo visual. A su vez, aunque no existe una cura definitiva, hay diferentes tipos de ayudas visuales permiten a los afectados mejorar su calidad de vida.
Gafas de lupa
En el mercado, existe la posibilidad de encontrar gafas que utilizan cristales especiales que contribuyen a mejorar la capacidad visual para detallar imágenes y textos con mayor claridad.
Lupas de patas y manos
Otra de las ayudas visuales ópticas para la baja visión es el uso de lupas, las cuales aportan grandes beneficios para la visibilidad en general.
Dependiendo del tipo de lupa, las formas de uso van a variar, adaptándose de acuerdo a las necesidades del usuario.
Los modelos de patas son un tipo de lupa que descansan sobre el objeto que se desea observar, aumentando sus dimensiones mientras se encuentra sobre su soporte. Por otra parte, las lupas de mano son modelos portátiles.
Amplificadores de video
Los dispositivos eléctricos de ampliación son muy sencillos de usar, facilitando la visión al aumentar las dimensiones hasta 28 veces. Estos amplificadores presentan distintas opciones, para que el usuario se adapte al equipo dependiendo de su rango de visión.
Rehabilitación
La rehabilitación cumple un rol fundamental en el desarrollo de las capacidades oculares para que las personas aprovechen sus niveles de visibilidad. Las sesiones se van a encargar de mostrarle una nueva perspectiva al paciente, describiendo nuevas maneras para ejecutar acciones cotidianas.
Un equipo conformado por especialistas en el campo son los encargados de diseñar distintos programas y terapias dependiendo del estado de cada individuo. En este sentido, a continuación, se presentan los principales pasos que forman parte una rehabilitación completa y exitosa:
- Evaluación de visibilidad realizada por un oftalmólogo para diagnosticar el grado de incapacidad ocular.
- Elección de los dispositivos para favorecer el campo visual del paciente.
- Comienzo de las sesiones de rehabilitación en donde se trabajarán aspectos de la vida cotidiana.
- Evaluación de las habilidades aprendidas en el hogar.
- Disposición del centro de salud de grupos de apoyo y otros recursos para el beneficio de la persona con baja visión.
- Las técnicas que ofrecen los especialistas en rehabilitación, junto con los dispositivos de ayuda ocular, favorecen el desenvolvimiento de los
- individuos en sus actividades diarias.