Los médicos utilizan una variedad de estrategias para ayudar a las personas a controlar la hipertensión. Cuando el ejercicio y las medidas dietéticas, como aumentar la ingesta de potasio y reducir la ingesta de sal no son suficientes para mantener la presión arterial dentro de los límites aceptables, hay muchos medicamentos disponibles.
Cada uno de ellos intenta reducir el gasto cardíaco o la resistencia periférica en el sistema arterial del cuerpo. Un mecanismo para reducir la resistencia al flujo sanguíneo es relajar los músculos que rodean las arterias y arteriolas, permitiendo que la sangre fluya más libremente.
Se sabe que los niveles de calcio y potasio en los músculos que rodean los vasos sanguíneos controlan cómo se expanden y contraen. Ahora, un nuevo estudio ha descubierto que el zinc también puede desempeñar un papel en el mantenimiento del tono vascular.
En este sentido, el zinc tiene un efecto opuesto al calcio sobre el flujo sanguíneo y la presión. Los científicos estaban investigando el impacto de los medicamentos a base de zinc en la función cerebral en el alzhéimer cuando notaron una disminución pronunciada e inesperada de la presión arterial en modelos de ratas tratados con medicamentos.
Este descubrimiento explica un par de cosas que los expertos ya sabían sobre el zinc. Primero, la deficiencia de zinc se ha asociado con la hipertensión en modelos animales y, segundo, que el gen responsable de mantener los niveles de zinc dentro de las células también está relacionado con la hipertensión y otras enfermedades cardiovasculares.
Sin embargo, en estudios en humanos, todavía no hay evidencia del vínculo entre la ingesta dietética de zinc y la hipertensión. La cantidad de zinc en el torrente sanguíneo no se correlaciona con las cantidades en la célula. Este estudio encontró que lo importante, precisamente, es la cantidad de zinc dentro de las células.
¿Cómo afecta el zinc a la presión arterial?
La presión arterial alta ocurre cuando las células del músculo liso en las arterias y paredes de las arteriolas se contraen, estrechando estos vasos a través de los cuales la sangre necesita fluir. Así, la sangre empuja las paredes de estos pasajes estrechos a medida que se abre paso, creando un aumento potencialmente destructivo de la presión externa sobre ellos. Esto puede resultar en vasos sanguíneos dañados o incluso rotos.
El calcio en los músculos causa este endurecimiento y está regulado por el potasio en el tejido muscular. La cantidad de ambos metales está influenciada por las células circundantes, como las células endoteliales y los nervios sensoriales, que, a su vez, están regulados por el potasio y calcio que contienen.
Los investigadores encontraron que el zinc afecta los músculos, las células endoteliales y los nervios sensoriales juntos, lo que reduce la cantidad de calcio en los músculos y hace que se relajen. Esto, a su vez, da como resultando un aumento del flujo sanguíneo y una disminución de la presión arterial.
Además, también señalaron que los vasos sanguíneos del corazón y del cerebro demostraron tener una mayor sensibilidad al zinc que los vasos sanguíneos de otras partes del cuerpo.
El descubrimiento del estudio puede sugerir una vía prometedora para una mayor investigación. Sin embargo, es importante ser conscientes de que ha sido realizado en arterias mesentéricas en ratas, por lo que no es recomendable que los humanos comiencen a consumir zinc, ya que no hay estudios probados en ellos.
Además, cuando se agregó zinc, no tuvo ningún efecto sobre el tono vascular, solo fue eficaz cuando los niveles intracelulares se elevaron superficialmente utilizando los ionóforos, que rara vez son una opción terapéutica.
Si la investigación finalmente valida del papel del zinc en el manejo de la presión arterial, es posible que se abra una nueva opción de tratamiento para la hipertensión. Por ahora, solo queda esperar.