No queda claro si es una sopa, un guisado o una comida completa; lo cierto es que el Caldo Tlalpeño satisface no solo el apetito, sino el alma con su queso derretido, aguacate y ese sabor picante producto del chile chipotle.
De igual forma, aunque es un consomé tradicional mexicano que generalmente contiene pollo, tiene muchas variantes; a veces se sirve con res, otras con arroz y en algunos lugares con garbanzo. Y a pesar de que su nombre indica que es un platillo originario de Tlalpan, en la Ciudad de México, otros estados reclaman su invención.
El Caldo Tlalpeño y la teoría de su nacimiento en Tlalpan
Cuenta la leyenda que este platillo surgió en el siglo XIX para curar una cruda del entonces presidente Antonio López de Santa Anna, entre 1833 y 1855. De acuerdo al cronista de Tlalpan Manuel Valdespino en entrevista para El Universal, lo que antes fue el antiguo pueblo de San Agustín de las Cuevas, cambió su nombre por el de Tlalpan en 1827 y a partir de esa fecha, sus pobladores fueron conocidos como tlalpeños.
Asimismo, se sabe que Santa Anna tenía una casa de descanso en Tlalpan y no se perdía las fiestas de Pascua del Espíritu Santo, famosas por sus peleas de gallos, apuestas y un sinfín de excesos. Incluso algunos historiadores cuentan que tenía su propio criadero y organizaba en su casa las peleas de gallos apostando onzas de oro y plata.
La mayora que inventó un caldo con sabor a gloria
En consecuencia, tras una de esas noches de juerga, el entonces presidente le pidió a su cocinera algo que lo ayudara a sobreponerse de la resaca y la mujer, con verduras del huerto y dos pollos frescos creó el famoso caldo que sirvió en un enorme plato de barro.
Parece que el platillo prácticamente resucitó a Santa Anna, quien quedó maravillado por sus ingredientes, consistencia, temperatura y picor. Más tarde, al preguntarle a la mayora el nombre de tal exquisitez, ella respondió sin más: ¡Caldo Tlalpeño, señor!
El resto es historia, la receta se dio a conocer entre los habitantes de Tlalpan y con la llegada del tranvía en el siglo pasado, muchas personas empezaron a probar el humeante caldo, pues era común que afuera de la estación se colocaran puestos callejeros ofreciéndolo, hasta que toda la ciudad lo conoció y luego trascendió al resto del país.
Otros orígenes de este platillo
Respecto a su posible origen en Veracruz, la historia prácticamente es la misma que involucra a Santa Anna, una terrible resaca y la creatividad de su cocinera; pero ubicada en una de sus casas de ese estado. Recordemos que Santa Anna nació en Xalapa, Veracruz y según los historiadores, visitaba con frecuencia su estado natal para disfrutar de las fiestas patronales.
Finalmente, una tercera versión, la más débil, es que este manjar surgió en el pueblo de Talpa de Allende, en Jalisco, aunque no hay ningún registro que lo pruebe. Además, el caldo se llamaría talpaño, del gentilicio de Talpa y no tlalpeño.
Fuente: mexicodesconocido.com.mx