El entusiasmo de las familias residentes en las colonias Condesa e Hipódromo volvió a desplegarse en el Parque México. Aun cuando el semáforo epidemiológico continúa en fase roja, los visitantes retomaron la vida comunitaria en uno de los espacios públicos más concurridos.
"Aquí estamos otra vez", comentó Isaac Kanarek, promotor del yoyo como un deporte y una terapia que, aun cuando no ha reanudado clases, volvió a mostrar los aditamentos del juego al lado de la Fuente de los Cántaros.
En la explanada del Foro Lindbergh, grupos de jóvenes esperaron su turno para jugar el siguiente partido de fútbol, todos sin cubrebocas ni reparar, en la disputa por el balón, en la sana distancia. En los arcos entorno al foro, se realizaron diferentes sesiones de yoga, karate y fitness, con música para el ritmo.
Tras la reapertura de las rejas del área de juegos infantiles y el retiro de las cintas amarillas con la leyenda "Precaución", familias aguardaban su turno sin aglomerarse para que los niños subieran a los módulos de entretenimiento.
"La salud está en el ejercicio", comentó el fisicoculturista Esteban González en el gimnasio con aparatos al aire libre, a quien le despreocupa el contacto manual en los equipos compartidos.
Otra de las áreas donde las actividades comenzaron a volver a la normalidad fue el espacio canino, donde una diversidad de mascotas se hizo presente.
Michoacán, la calle que separa en dos al parque, recuperó su uso de estacionamiento y más unidades de Ecobici fueron colocadas en la estación de servicio.
A dos cuadras, el Parque España también mostró afluencia, con la reapertura del área infantil y la visita de gran cantidad de vecinos.