Banquetas infiltrantes de lluvia, hechas con cascajo triturado hasta reducirlo a arenas fusionadas por un adhesivo obtenido de plásticos desechados, son construidas en la Colonia del Mar, en Tláhuac.
El ingeniero Armando Alonso presentó la innovación al artista Gabriel Orozco, por lo que el sistema será utilizado en la creación de 10 kilómetros de andadores peatonales en la Tercera Sección del Bosque de Chapultepec, en torno al Circuito Clausell.
"En vez de utilizar cemento, que para producirlo consume grandes cantidades de energía, desarrollamos un adherente a base de botellas de plástico PET", comentó Alonso.
Las banquetas tradicionales son de cemento, el cual refleja la irradiación solar, por lo que contribuye al calentamiento y al efecto de la isla de calor, además de que en episodios de lluvia escurre el agua hacia el drenaje.
"Este es un material fresco, que ofrece una banqueta con una superficie firme y compacta, pero a la vez permite que la lluvia se infiltre al subsuelo", mostró Alonso.
Para demostrar que pueden construirse banquetas ecológicas, el especialista en diseño de sistemas constructivos para aprovechar la lluvia ofreció reponer algunas banquetas frente a casas rehabilitadas después de ser dañadas por grietas, amplificadas por el sismo de septiembre de 2017, en la Colonia del Mar. Con un costo 20 por ciento menor a las de cemento, explicó Alonso, las aceras pueden acoplarse al sistema creado por el experto del Instituto de Ingeniería de la UNAM, Gabriel Auvinet; por el cual la cimentación de los inmuebles, en Iztapalapa, se adapta a movimientos en el subsuelo.