La aprobación en el Congreso de sancionar los Esfuerzos para Corregir la Orientación Sexual o Identidad de Género (Ecosig), mejor conocidos como terapias de conversión, fue bien recibida por la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum.
"Estoy totalmente de acuerdo. Me parecen medidas de la época de la Inquisición, estas de querer cambiar la orientación sexual de una persona con terapias", comentó la mandataria.
Las terapias de conversión carecen de sustento en una ciudad de libertades, añadió.
"Me parece bien que el Congreso no reconozca estas terapias, porque no corresponden al conocimiento científico, a los derechos y libertades", precisó.