Blanca Valeria Benavides Casas de 29 años, salió de su domicilio el viernes pasado, le dijo a su familia que iba a arreglarse las uñas, tomó su bolsa pero no regresó. Hoy, sus padres y hermana la buscan con desesperación, por todos lados pegan la alerta Odisea que detonó la Fiscalía General de Justicia del Estado de México; oran, piden a Dios que se haya ido de casa por una mala decisión, ruegan que no sea víctima de un delito.
¨Valecita¨, como le dice su mamá, Victorina Casas, es una joven alegre y trabajadora, pues lleva la parte administrativa del negocio familiar, ubicado en Azcapotzalco, en el municipio de Mexicaltzingo. Nunca falta a casa y no tiene empacho en decir que saldrá con amigos, que tardará en regresar, pero siempre está en comunicación con su madre, aunque desde el viernes, su celular se mantiene apagado.
La última imagen que se tiene de Valeria, es a las 7:20 de la noche del viernes 24 de enero, caminando por la calle Insurgentes, en la comunidad de la que es originaria, en dirección al salón de belleza donde acostumbra a hacerse la manicura. Fue la cámara de vigilancia de uno de sus vecinos la que la captó caminando, después de eso, nada. No hay registro de ella en las cámaras de videovigilancia municipal, ni en la de otros vecinos.
“Vale, si te debo algo, regresa; siempre me reclama que no le hice fiesta de XV años, pero si regresas, Vale, hija, te la hago, una de 30 años, lo hago, Vale regresa, por favor”, comentó con ojos sumidos en desesperanza su papá, Mateo Benavides.
Lo único que piden los papás de Valeria es que regrese sana y salva, prometen que no habrá consecuencias para ella si se fue por decisión propia, ni para quienes se la llevaron sí fue tomada a la fuerza. Solo quieren a su hija de vuelta.