"Señor gobernador si me está escuchando, yo le exijo que la muerte de mi hija no quede impune y si es necesario que yo diario esté en las oficinas para exigir que la muerte de mi niña no quede impune así va a ser, así les moleste y así les caiga gorda ahí voy a estar todos los días, porque la muerte de mi niña no va a quedar impune de mi cuenta corre".
Son las palabras de Victoria Casas, una madre que se desgarra en dolor por la muerte de su hija Blanca Valeria Benavides Casas, quien desapareció desde el 24 de enero y fue localizada muerta un mes 18 días después en Calimaya, Estado de México.
"En estos momentos es cuando compruebo que no somos una familia mala, que somos una familia con principios, gracias por las oraciones que mi niña recibió de ustedes, ella sabe y dios sabe cómo la buscamos pero desgraciadamente llegamos tarde".
Entre flores, rosas, coronas y banda, el ataúd de Blanca Valeria recorrió las principales calles de Mexicaltzingo, cada uno de sus vecinos le dió el último adiós, aquella joven a quien recordarán como "una chica sociable".
Al llegar a su última morada, el pueblo de Mexicaltzingo y la familia de Blanca Valeria se unieron en un sólo grito para pedir justicia, "Ni una más" se escuchó en cada rincón.
"Los invito para que hagamos unidad, que estemos unidos no nada más ahorita, siempre. ¡Ni una más! Tenemos que estar unidos, vamos a entrarle, vamos a demostrarle a los criminales que no estamos solos, esto no puede volver a pasar".
Finalmente, algunos vecinos reprochan el poco apoyo que brindaron algunas personas para dar con el paradero de Blanca Valeria, ya que teniendo "posibles pruebas" no quisieron hablar por temor a represalias.
Blanca Valeria, ya descansa, su familia tiene dónde llorarle, sin embargo, la violencia de género persiste en el Estado de México, tan sólo en enero se contabilizan cinco feminicidios, mientras que 2019 sumo 122, datos dados a conocer por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.