Pobladores de la localidad de San Juan Atzingo en Ocuilan, bloquearon la carretera que conecta al estado de Morelos, la finalidad es exigir un freno a la tala ilegal que desde hace 20 años afecta a los bosques del municipio.
“Lo que nos impulsa a hacer esta manifestación pacífica contra la tala ilegal este día, es la devastación, el ecocidio que lamentablemente han sufrido nuestros bosques por la desmedida tala ilegal que se ha venido cometiendo” detalló, Eduardo González, presidente del Ayuntamiento indigena, tlahuica de San Juan Atzingo.
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Señaló, que esta acción se viene cometiendo por grupos de talamontes quienes no lo hacen por necesidad sino por la ganancia de grandes cantidades de dinero.
“No es por necesidad, eso nos está perjudicando mucho por la forma de talar van arrasando con el bosque dejando el suelo pelón, desnudo y eso le va a llevar a nuestra madre naturaleza mucho tiempo en recuperarse”.
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Actualmente en la zona de San Juan Atzingo, se tienen detectados más de 20 aserraderos clandestinos, mismos que talan por día 10 árboles.
“Si lo multiplicamos por 20, estamos hablando que son 200 árboles, eso es por menos porque hemos calculado que se derriban 300 árboles diarios”.
Descartaron que se trate de tala hormiga que los propios campesinos realicen, ante la falta de trabajo, por el contrario son personas que cuentan con un poder para maquinaria y por supuesto para comprar a las autoridades.
“Aquí en las Lagunas de Zempoala ha estado establecido un destacamento de la Guardia Nacional pero se la pasan encerrados, no salen a cuidar el bosque ni siquiera se asoman para detener los camiones con madera”.
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Todos los días por esta vía, se ven circulan camiones y tráiler que van cargados con madera sin que se pueda observar el permiso correspondiente por las autoridades de medio ambiente.
“Se necesita que las autoridades le den al bosque la importancia que merece porque ante la escasez de agua, el bosque juega un papel importante en la provisión de agua, gracias al bosque hay lluvias”
Por la tala ilegal que se ha dado en los últimos 20 años, se han devastado seis mil hectáreas de las 12 hectáreas de pino, encino y oyamel que existían.