Médicos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) del Hospital de Ginecología y Obstetricia 221 exigieron la destitución inmediata del director Martín Rodríguez Roldán; de Beatriz Elisa Ramírez López, subdirectora médica; Omar de la Luz López, subdirector administrativo; Fernando Martínez Salmerón, asistente de la dirección del turno de jornada acumulada; y Alejandro José Mireles Corona, titular de la jefatura de gestión médica delegación poniente, a quienes acusan de abuso de poder, acoso laboral, discriminación de género, manipulación y falsificación de documentos (expedientes clínicos), daño psicológico, perdida del patrimonio económico y moral, difamación de honor, falso testimonio contra el gremio médico, autoritarismo y deshonestidad.
En conferencia de prensa, algunos de los afectados que aseguraron hablar en nombre de los más de 760 compañeros de trabajo del nosocomio (entre médicos, enfermeras, químicos, nutriólogos, etc), indicaron que sus directivos incurren consistentemente en tácticas de desestabilización a través de intentos persistentes por desmoralizar a sus subordinados, ignorando a los trabajadores al no dirigirles la palabra.
Además, expusieron, fomentan la división entre compañeros de trabajo al enfrentarlos o confrontarlos, hacen críticas constantes a la vida privada o íntima, generan terror a través de amenazas e insultos, atribuyen fallos inexistentes en la praxis médica, critican permanente el trabajo de las personas, gritan e insultan, evalúan sesgada e inequitativamente el trabajo, desvalorizan sistemáticamente el esfuerzo o éxito profesional, y amplifican y dramatizan de manera injustificada errores pequeños o intrascendentes.
De igual manera, indicaron, menosprecian y/o menoscaban profesionalmente a las personas, no les hacen caso o no las toman en consideración; ignoran o excluyen a los trabajadores, descalifican en privado y en público a los trabajadores por cualquier cosa trascendente o intrascendente. El trato hacia las mujeres médicas, abundaron, es completamente inhumano, humillante y discriminatorio. El director y la subdirectora, afirmaron, “son personas prepotentes, iracundas, que utilizan un lenguaje soez, irrespetuoso, altanero, autoritario”.
“Nos encontramos en una situación compleja, incómoda y estresante de acoso laboral, e incluso de amenazas directas a cada uno los médicos, utilizando frases como: ´si no haces esto o aquello te voy a chingar´, ´te voy a enviar a laborales o a jurídico´, ´te voy a rescindir´, ´a esa doctorcita yo me la empino y me la cojo´, ´esos médicos son inexpertos, negligentes, ineptos, ocasionan delitos culposos´”, expusieron.
Los inconformes indicaron que los abusos de autoridad con los que se perjudica al personal tienen fines meramente personales, viscerales, narcisistas, ociosos, inconsistentes, falaces, carentes de ética profesional, y han llegado al extremo de persuadir a las pacientes y a sus familiares para que demanden a los médicos que las atendieron ante instancias como la CNDH, la Codhem e incluso la FGJEM, con lo que han logrado rescindir injustamente a más de cien médicos y trabajadores que, en la mayoría de los casos, han ganado los juicios laborales y sido reincorporados, lo que confirma que no tuvieron ninguna culpa; en casos más penosos, lamentaron, han sido privados de su derecho a ejercer su profesión e incluso privados de su libertad.
“Todos estos personajes, por más de 10 años consecutivos, han rescindido a diestra y siniestra a muchos compañeros trabajadores que en su mayoría hemos sido médicos, manipulando a su antojo los expedientes clínicos, cambiando en su totalidad notas médicas, alterando los diagnósticos de certificado de muerte materna o fetal y que realmente se han presentado por complicaciones inherentes a patologías de base que presentaban las pacientes de acuerdo a lo especificado en la literatura médica universal y que eran de esperarse tales complicaciones y no por una mala praxis médica”, indicaron.
Estas acciones, destacaron, lejos de abonar a la eficiencia de su labor, provocan en el personal estrés, ansiedad, depresión, frustración, impotencia, insomnio, fatiga, disminución de la autoestima, humillación, deterioro de las relaciones laborales, y provocan o agravan enfermedades físicas y mentales.
Por estas razones, demandaron la intervención de Zoé Robledo, director general del IMSS; de la titular de la delegación poniente Estado de México, Miralda Aguilar Patraca; de la Secretaría de la Función Pública, las Comisiones Nacional y Estatal de Derechos Humanos (CNDH y Codhem, respectivamente).
“Exigimos de manera enérgica y contundente que estos cinco servidores públicos sean removidos de manera inmediata de los cargos que ahora ocupan e incluso sean inhabilitados de sus funciones como médicos por el daño causado a todo el gremio, encubiertos y apoyados por administrativos de la Jefatura de Gestión Médica”, añadieron.