La violencia en el Estado de México es generalizada, pero los niños son quienes más la resienten, pues ya sea en casa, en la escuela o en la calle, se convierten en víctimas, no solo de los delincuentes, también de sus padres, sus hermanos, sus compañeros y maestros.
Sin importar la zona del Estado de México en la que se encuentren, los menores conviven en entornos cada vez más violentos, además de que en el 90 por ciento de los casos, son víctimas de sus familiares.
Uno de los parámetros que más alarma es la violencia de tipo sexual, pues la entidad mexiquense encabezó en 2018 la lista de violaciones a menores con 701 casos denunciados.
Asimismo, en la zona sur de la entidad los matrimonios infantiles continúan siendo una imagen cotidiana.
Todos estos factores han llevado a un aumento significativo del suicidio infantil, en especial en los municipios con altos niveles de criminalidad como Toluca, Ecatepec, Nezahualcóyotl, Tlalnepantla, entre otros.
Pero además, ha llevado a la desintegración de las familias, pues de acuerdo con el secretario ejecutivo de la Junta de Asistencia Privada del Estado de México, Alfonso Naveda Faure, cuando el DIF o la Fiscalía General de Justicia mexiquense detectan hogares violentos, los pequeños son canalizados, en la mayoría de los casos a Instituciones de Asistencia Privada (IAP).
En entrevista, el funcionario dio a conocer que, a la fecha, 175 menores están bajo el resguardo de las 14 IAP que existen en el Edomex, por lo que consideró que las agresiones en contra de los niños van en aumento.
Cabe recordar que, el año pasado y hasta el primer trimestre de este año, alrededor de 16 mil denuncias por maltrato a menores de 0 a 18 años fueron presentadas ante la Procuraduría de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes.
Las lesiones más recurrentes fueron quemaduras de cigarro en la lengua, quemaduras de plancha en la espalda, patadas, cachetadas, nalgadas, e incluso jalones de cabello.